1. El día de la boda


    Fecha: 06/08/2021, Categorías: Intercambios Autor: Crusnik, Fuente: CuentoRelatos

    Luego de meses de preparación mi hermana se casaría. La boda se realizó en otra ciudad, donde radica su flamante esposo y próximamente ella. No tenía muchas amistades por su carácter recatado y tímido.
    
    Mi madre estaba efusiva, pero a la vez triste porque sin ella viviría sola. Aún usaba su anillo de casada a pesar de que mi padre había muerto hace años.
    
    Llevaba un vestido esmeralda largo ajustado un tanto recatado que resaltaba sus caderas anchas, pero el escote no podía disimular el par de tetas que tenía, un tanto caídas a sus 50 años, pero bien llevados. Me senté a su lado tratando de que se sintiera mejor, la saqué a bailar muchas veces demostrando mucha destreza y alegría. Todos los invitados estaban felices y muchos querían brindar con ella, por lo que se le subieron las copas y empezó a cogerme del trasero en algunas ocasiones y hasta me dio un beso en los labios repitiéndome muchas veces lo mucho que me quería.
    
    Luego de la fiesta la acompañé a su habitación, durante el camino me cogió del brazo para no caerse y de vez en cuando me agarraba de una nalga. Cuando la dejé en su habitación me dijo: “¿Y si te quedas conmigo?” Se veía hermosa su cabello largo negro caía hasta la altura de su culo, no pude evitar besar su hombro y cuello a lo que ella respondió con un soplido.
    
    “¡No! ¡Estoy vieja!” –dijo. “Te ves hermosa” respondí, mientras continuaba besando su cuerpo, por diferentes partes, le bajé la cremallera del vestido el cual se deslizó por el suelo. ...
    ... Ella respondía con gemidos las caricias que le propinaba. Jugué un rato con sus tetas y chocho por encima de su ropa interior hasta que se las quité. Estaba completamente desnuda. La visión era hermosa y perfecta. Su estatura pequeña resaltaba sus caderas anchas, su coño peludo negro combinaba con su cabello largo que caía por sus hombros contrastando con su piel clara y pezones erectos de color rosado. “Te ves hermosa” le dije mientras le mostraba su cuerpo en el espejo de su habitación.
    
    Luego la llevé a la cama, la puse de perrito y besé sus labios vaginales que ya soltaba grandes cantidades de jugos. Mientras mi madre me apretaba la mano de forma cariñosa y gemía de forma tierna. Le dije que se tumbara sobre la cama y me quitase los pantalones.
    
    Cuando me los baje, mi falo salió como un resorte a lo que ella sonrió pícaramente.
    
    - Se lo que sientes, y aunque al principió me chocó debo reconocer que me excita un montón y quiero que me eches el mejor polvo de tu vida.
    
    Se subió a horcajadas sobre mi y tomando mi pene se lo introdujo lentamente en la vagina, húmeda y estrecha.
    
    -AAAhhhh. Gemimos los dos mientras nuestros ojos se clavaban en las pupilas del otro.
    
    - Oh mamá que gusto.
    
    - ¡Cállate, hijo y fóllame! Empezó a moverse poco a poco y en un instante estaba cabalgando sobre mí como una fiera, la sensación era indescriptible.
    
    En pocos minutos noté que estaba a punto de correrme y así se lo dije a mi madre, quien me respondió
    
    - ¡Oh sí, córrete hijo!, ...
«1234»