1. Begoña: pasión inconfesable


    Fecha: 28/07/2021, Categorías: Zoofilia Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... embargo ahora estaba como un loco, dando chillidos y yendo de un lado a otro. Como Charlie y yo ya nos conocíamos bien, entré en la jaula sin precaución alguna para cogerlo con total felicidad y llevarlo a una celda especial usada para aislar animales peligrosos ó que tuviesen una infección contagiosa. Por su tamaño pude llevarlo en brazos sin que me diese problemas durante el viaje, pero cuando llegamos a la celda y quise meterlo, ¡¡me tocó un pecho!!. Fue entonces cuando entendí sus aullidos: ¡¡al buenazo de Charlie le había entrado el celo!!. Me hizo un poco de daño por la fuerza que usó para tocarme y me estuve tocando para calmar el dolor. Siempre he sido de tetas grandes, por lo que no me extrañó que aquel orangután se hubiese fijado en ellas. Él parecía contento de haberme tocado, y yo me quedé de lo más perpleja. Entre una cosa y otra, ¡se me habían endurecido los pezones!. Lo peor fue que llevando una débil camiseta como llevaba, resaltaban de forma más que evidente. Intentando apaciguar el dolor me volvió a tocar, pero ésta vez fue algo más suave, provocando que lanzara un gemido de placer. Me quedé tan boquiabierta que un montón de preguntas, dudas e inquietudes me cruzaron por la mente:
    
    ¿Cómo podía haberme excitado que un orangután me acariciase?, ¿acaso una mujer y un animal podían hacerlo?, ¿porqué Charlie se había fijado en mí y no en sus compañeras orangutanes?, ¿podía una mujer como yo disfrutar de algo así?, ¿me haría daño?...
    
    Reparé en mi propio ...
    ... cuerpo en ese instante: 1’72 de alto, largo pelo rojizo, ojos verdes, buenas curvas, 91 de cadera, 60 de cintura y 98 de pecho…si fuera hombre, tendría que ponerme esa etiqueta de "tía buena". Mientras me veía, sentí como si me hubiesen dado una bofetada que me sacara de una larga ensoñación: no había estado con un hombre en mi vida. ¡Aún era virgen!. A mis 24 años aún estaba por estrenar, algo inusual comparado a mis amigas, las cuales antes de los 18 ya habían tenido un buen número de hombres en sus camas. En aquella extraña situación, me planteé una pregunta: "¿si me he pasado toda la vida amando a los animales, no es hora ya de que me devuelvan ese amor?". Miré a Charlie con ojos brillantes, viendo como se tocaba para pajearse. Es bien famosa la capacidad casi ilimitada de los monos para hacerse pajas a un ritmo de vértigo, y me quedé mirándole desafiante y muy sorprendida de ver el tamaño que tenía su polla. Era la primera que vez que veía una, y si ya era grande de por sí, a mí me parecía enorme, como un cañón.
    
    -¿Quieres una hembra eh mono cabrón?. Pues vas a tenerla…
    
    Me dio la impresión de que estaba enloqueciendo. Yo, a punto de dejar que un orangután me follase por primera vez y me convirtiera en su mona. Tiré mi ropa por el suelo, quedándome desnuda ante él, que parecía aprobar lo que yo estaba haciendo. A pesar del calentón que Charlie llevaba yo sabía que era inofensivo pues se había criado en cautividad. Me metí en la jaula con él y lo cogí en brazos. Se volvió ...
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