1. n) Fiesta en la quinta de Guillermo


    Fecha: 26/07/2021, Categorías: Lesbianas Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... rica.
    
    Me abrí y empine el culo a la altura adecuada para que el hombre me trabajara, y lo gocé como si el pene fuera real, era cuestión de pensar en Davy, comencé a correrme precisamente dándome cuenta de que pensaba demasiado en él.
    
    -Mi verga ya no vale pero lo se hacer bien, ¿eh putito?
    
    -Sí, dame y no te detengas, sí, rómpeme el culo. -después de más de dos horas gozando me iba por primera vez, terminé como Leo agotado y sin poderme mover.
    
    El viejo me la sacó entre risas sardónicas y me lamió el culo, se lo agradecí porque me calmo el ardor de tener ese inmenso falo en el cuerpo.
    
    Jugamos en la piscina y nos volvieron a follar, la noche resultó larga, entretenida y divertida, y puedo asegurar que al menos seis vergas me follaron esa noche, alguna repetida, otro record para mis recuerdos.
    
    Ese domingo no me levantaría de la cama en todo el día, era una de las pocas ocasiones que me encontraba tan cansado.
    
    La vuelta de los gemelos había cambiado la casa, volvían a escucharse sus juegos y peleas. Davy regresó y se quedó tres días en su casa, como me pidió estuve con él mañana y tarde, trabajando incansable y no me pidió sexo ante mi extrañeza, ...
    ... llevaba muchos días sin tenerlo y pensé que esa sería la razón de que quisiera tenerme con él, me equivocaba otra vez.
    
    Cuando lo vi me asusté por lo delgado que lo encontraba, había perdido muchos kilos, pero las muletas no le hacían falta, se valía de un bastón para moverse y eso era una muy buena señal.
    
    Inspeccionó los trabajos del jardín a punto de terminar, los de las habitaciones que ocuparían los niños y mantuvo dos reuniones con la señora que los atendería en sus necesidades personales. Frágil y débil sí, y también como un vendaval de verano.
    
    Emprendió el viaje para visitar a sus abuelos y atender los negocios que tenía en Inglaterra, llegarse hasta la casa de sus otros abuelos, ahora fallecidos, y que le dejaron como parte de la herencia ya que en esa rama tenía tíos y primos.
    
    La vida se iba normalizando, tenía poco que hacer en la empresa de Guillermo y esperaba instrucciones para terminar del todo. Óliver me atendía en lo afectivo y sexual y todas las noches follábamos, unas veces más excitados que otras pero todos los días resultaba delicioso recibirle y darle placer. A veces se quejaba del trabajo aunque fue decisión suya y no tenía a quien culpar. 
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