1. La perdición sexual de la niña Angie.


    Fecha: 19/06/2021, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    El problema es que, a pesar de que ella tenía solo 8 años, sus nalgas, pantorrillas, y piernas, eran muy desarrolladas y torneaditas, y a ella le encantaba mostrarlas, para el gusto de los chiquillos, quienes la invitaban a jugar a las casitas, o al papá y a la mamá, lo que aprovechaban ellos para acariciarla y besarla. Esto me contó un niñito vecino mío. O sea, Angie era una niña muy precoz, que estaba jugando a ser mujer muy pronto.
    
    Incluso, una ocasión me tocó intervenir en primera persona en esto. Sucedió que yo estaba sentado a eso de las 7 de la noche, contemplando un juego de futbol de unos chicos del barrio, cuando vi a Angie llegar cerca, acompañada de otras dos niñas más, las mismas que teniendo la misma conducta y carácter de ella, habían formado un grupito. La mayor de ellas no pasaba de 9 años.
    
    Estas niñas estaban muy cerca mío, y no les presté mayor atención, pero al verlas más detenidamente, ¡Me di cuenta que estaban maquilladas! Y no solo eso, estaban vestidas con unas falditas cortísimas, que al menor movimiento se les veía los calzones. A Angie, que parecía liderar al grupo le oí decir: ¡Mira, allí está, es guapo, no es cierto, míralo, míralo!, Ay, ese es mío. Otra de las niñitas señaló a uno de los jóvenes mientras decía: Lo que es a mí, vengo por el Matías, hoy le voy a pedir que me lleve a la zanja, a ver si me la mete. Ja,ja,ja, reían y coreaban todas. Angie, a ti ya te hiso el amor el Andrés ¿no?, dijo la otra niña maquillada, todas rieron. No, ...
    ... respondió Angie, pero un día de estos me dejo romper el virgo. Ja,ja,ja, volvieron a reír.
    
    Yo, que sabía el problema de ellas, y del barrio en que vivíamos, creí que debía intervenir, y me acerqué a ellas, mostrando mi sorpresa de verlas maquilladas, y vestidas de esa forma, sin control de sus padres. Recuerdo que les dije que eran unas niñas muy lindas, pero que eran demasiado pequeñas, y que todo tiene su tiempo, incluso en el sexo y en el amor. Angie me miró con respeto, mientras las otras me hicieron gestos de fastidio. Se retiraron.
    
    Yo sabía el problema de ellas. Los padres y las madres de las dos chicas, bebían todos los días, y casi no las atendían como hijas. Y el caso de Angie era peor, ya que su madre la abandonó a los pocos días de nacer, dejándola en manos de su abuela, a su padre nunca lo conoció. El caso es que todos en el barrio sabíamos que la vieja vendía droga desde hace mucho tiempo. Este era el ambiente en que Angie creció.
    
    Les cuento todo esto, para que entiendan lo que pasó después con Angie, detalles que ella misma me contó, cuando hace 4 meses regresó de visita al barrio, ahora que ella tiene 20 años cumplidos. Esto fue lo que me confió:
    
    “Yo siempre estuve hastiada de todo, desde chiquita veía a mi abuela preparar y vender la droga. Y aunque quería tener amor de madre y de padre, lo que tenía era miedo, porque la policía siempre rondaba la casa, y amenazaba a mi abuelita, lo único que yo tenía era mi cuerpo, ese cuerpo que a pesar de ser mío, ...
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