1. Alex, 18 años, casi Alexia de tan lindo (5)


    Fecha: 05/11/2017, Categorías: Erotismo y Amor Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... mientras Alex gemía y acompañaba esos gemidos moviendo sus caderas a derecha e izquierda.
    
    -Mmmmmhhhhhh, mi bebé se está excitando con lo que le hace mami… ¿me equivoco, putito?...
    
    -No… no, señora, no se… no se equivoca…
    
    -¿Y mi bebé tiene la verguita dura ya?... –probó Ligia sin dejar de acariciar y pellizcar las apetecibles nalgas.
    
    -Sí… sí, señora…
    
    -Mmmmhhhhh, mi chiquito está caliente… Muy caliente…
    
    -¡Síiiiiiii!...
    
    -¿Acaso mi chiquito tiene ganas de masturbarse?...
    
    -¡Síiiiiii!... Sí, señora Ligia… Por favor… ¡Por favor! –suplicó Alex, que ya se estaba tocando.
    
    -Ponete de espaldas. –ordenó la mujerona y Alex obedeció de inmediato.
    
    -Mmmmmmhhhhhhh, qué paradita la tenés, bebé… -se admiró Ligia y de inmediato condujo a Alex al baño, en cuatro patas.
    
    Una vez allí quiso saber dónde se masturbaba el chico por lo general.
    
    -En el inodoro… -explicó Alex. –Sentado al revés…
    
    -Bueno, sentate y ya sabés: acabás en la palma de tu mano y después te tomás toda tu lechita.
    
    -Sí, señora… -aceptó el jovencito y adoptó la posición ordenada. Ligia, de pie a la izquierda del chico, admiró una vez más esos muslos largos de piel suave y carnes mórbidas y ahora engordados por la presión contra los bordes del inodoro. La mujerona era lesbiana y mantenía una relación con cierta hembra quince años menor a la que recibía frecuentemente en sus dependencias de la mansión. Era lesbiana y desde esa condición el chico la excitaba tanto, por la turbadora ambigüedad ...
    ... de su figura, pero además la excitaba esa dominación total que ejercía sobre él.
    
    Alex había empezado a masturbarse, con los ojos cerrados y la boca entreabierta, entre jadeos que excitaban a la mujerona al punto de haber empezado a tocarse.
    
    -Así, putito, así… así… muy bien… -alentaba Ligia y poco después, de la verga de Alex brotaron cuatro chorros de semen que fueron otros tantos goterones en la palma de la mano izquierda del chico, que respiraba fuerte por la boca.
    
    Ligia le ordenó que dejara inmóvil esa mano y sus ojos contemplaron extasiados ese semen que sería alimento para Alex.
    
    -Tragá esa lechita, bebé… ¡Vamos! –apremió la mujerona y el chico comenzó sin dilación alguna a lamer y beber su propio semen hasta que no quedaron rastros en la palma de su mano y él trataba de ir asimilando ese sabor algo agrio, aunque menos que el del semen de los viejos.
    
    -A ver, abrí grande la boca. –le ordenó Ligia, que pudo así comprobar que el chico había tragado por completo su leche. Lo llevó al cuarto en cuatro patas y sin preocuparse de nada más se dirigió apresuradamente a sus dependencias, buscó el consolador que usara para trabajar el culo del chico y, echada de espaldas en la cama se masturbó afiebradamente mientras se excitaba cada vez más repasando la escena reciente en el baño de Alex, pero también con el placer intenso y morboso que le daba sentir su dominación sobre el jovencito, para el cual tenía planes a ejecutar una vez que los vejetes decidieran liberarlo. ...