1. Alex, 18 años, casi Alexia de tan lindo (5)


    Fecha: 05/11/2017, Categorías: Erotismo y Amor Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    El escribano estaba en su estudio cuando recordó que debía llamar al Señor Z y lo hizo.
    
    -Hola, mi estimado amigo…
    
    -¿Es usted, escribano?
    
    -Sí, y con una buena noticia…
    
    -¡Ah, que bien! –exclamó el Señor Z y su voz sonó exultante. -¿Cuándo puedo ir?
    
    -Vea, anoche le dimos mucha verga y me dice Ligia que el nene está con la colita irritada y que conviene dejarlo descansar un par de días.
    
    -No tengo inconveniente, mi amigo. ¿Le parece bien el viernes?
    
    -Perfecto, ¿a qué hora le vendría bien?
    
    El señor Z reflexionó durante un instante y por fin dijo:
    
    -Estaré llegando a la mansión alrededor de las 9 de la noche.
    
    -Perfecto, a esa hora se lo estará esperando. ¿Prefiere que cenemos o un vermouth?
    
    -No, un vermouth, mi amigo, quiero estar liviano para lo que vendrá después. –eligió el hombre para después soltar una risita.
    
    -Muy bien, hasta el viernes, mi estimado señor…
    
    -Hasta el viernes, escribano.
    
    ……….
    
    Ligia se había sentido frustrada la noche anterior, cuando debió posponer su deseo de ver a Alex masturbarse delante de ella al notarlo un poco decaído por ese ardor en la cola. Por eso al visitarlo esa mañana llevaba el propósito de comprobar cómo estaba el ano y, si era posible, excitar al chico para verlo masturbarse.
    
    Llevaba con ella la crema para una segunda aplicación y ante la pregunta de la matrona el chico contestó que se sentía mucho mejor y que el ardor había mermado bastante.
    
    -A ver, echate boca abajo y abrite las nalguitas ...
    ... que voy a inspeccionar eso.
    
    -Sí, señora… musitó Alex y de inmediato obedeció la orden, manteniendo separadas sus nalgas con ambas manos mientras la matrona se sentaba en el borde de la cama con el pote de crema a su lado.
    
    -Mmmhhhh, muy bien, putito, efectivamente esto está mucho mejor. Ya casi no hay inflamación y el agujerito está muy cerca de su color rosado natural. –comprobó Ligia. –Voy a seguir aplicándote la crema y creo que dentro de un par de días ya vas a estar en condiciones de volver a ser usado.
    
    -Ojalá, señora… - se sinceró el chico mientras la matrona comenzaba a untar con la crema la diminuta entradita.
    
    -¡Ah, putito! ¡Tendrás ganas de volver a tragar verga!...
    
    Alex hizo una pausa, tragó saliva y con las mejillas ardiendo de vergüenza respondió con un murmullo apenas audible: -Sí… Sí, señora…
    
    -Qué putito sos… Qué tremendo putito sos… ¡Me encanta que tengas hambre de vergas!... –exclamó Ligia mientras, concluida la aplicación de la crema, comenzaba a deslizar lentamente su mano derecha por los muslos del jovencito.
    
    -Bueno, bebé, podés sacar tus manitos del culo…Ya te puse la crema…
    
    -Sí, señora… murmuró Alex mientras sentía que la mano de Ligia en sus piernas lo iba excitando. La mano seguía muslos arriba, con morosa lentitud y la mujerona se deleitaba con la suavidad de esa piel, con la morbidez de esa carne adolescente. Por fin la mano llegó a las nalgas, tan redonditas, tan firmes, según apreció Ligia una vez más al empezar a acariciarlas ...
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