1. Desvirgué al malandrito heterosexual


    Fecha: 07/05/2021, Categorías: Gays Autor: alej97, Fuente: SexoSinTabues

    ... hicieron una fiesta en casa de Alberto, otro del grupo. La fiesta fue en el patio de delante de la casa, que era de dos pisos. Aunque habían algunas personas dentro. Y detrás también tenía un patio bastante amplio pero ese no lo utilizamos. Nadie iba al patio de atrás ni subía al segundo piso, a menos que fuésemos muy muy cercanos a Alberto. O sea, yo sí podía. Todos bailaban y disfrutaban de la fiesta. Realmente la música era genial. Ver a mis hombres bailando con sus novias era lo mejor. Yo los apreciaba mucho, obviamente, eran mis amigos desde hace bastante, pero también si fuese por mí me los hubiera cogido a los cuatro desde hace uf. Bueno. Ya eran como las 2:00am cuando noto que Luis y su novia están peleando y salen al patio de atrás. Los seguí. — Este coño de su madre está chanceándole a Andrea. —me dijo ella cuando le pregunté qué pasaba. • Chancear: ligar, coquetear, echar los perros. — Eso no es así. No le creas. —dijo viéndome a mí. — Yo me voy. — Pero mi amor… — ¡No me toques! Y se fue. Luis y yo quedamos solos y nos sentamos en la orilla de una escalerita pequeña que culmina en el piso del patio. Lo notaba algo ebrio. Sus ojos estaban rojos, era obvio que también había fumando droga. — Las mujeres son demasiado complicadas—dijo. — Por eso no me gustan—dije yo y él comenzó a reír. — Aunque amargadas y todo no las cambio por nada. ¿Tú viste el culo que tiene Andrea? Se ve que lo parte en la patica. • Partirlo en la patica: menearse bien a la hora del sexo. — ...
    ... Después te quejas porque tu novia se arrechó. • Arrecharse: molestarse. — ¿Menor, tú cómo haces eso? — ¿Qué? — Cogerte a los tipos, chamo. ¿Tú eres loco? Nagueboná si tú supieras cómo se mueve la pure en la cama, uff. • La pure: la mujer, la novia. —Ay, Luis, eco. —dije, empujándolo un poco. — No me estés empujando, menorcito. — Ay, pero qué delicado. ¿Qué me vas a hacer? — Ah, bueno. No me rete oyó. — Te reto. — Deja la vaina —dijo él. — Te reto —repetí. — Mejor vamos pa dentro que lo que van a pensar es que me estás metiendo el dedo. — ¿Y acaso eso es malo? —pregunté. Me vio a los ojos en una fracción de segundo, tenía los ojos algo rojos y la mirada algo ida, supongo que eran los efectos del alcohol y la droga. Pero lo conocía y sabía cuándo estaba consciente y cuándo no. Y estaba consciente. Decidió no irse. Se quedó sentado a mi lado y se quedó en silencio por unos segundos. — ¿Qué se siente? —preguntó. Sabía de lo que hablaba pero me hacía el desentendido. — ¿Qué? — No me vaciles que tú sabes de qué hablo. — Se siente rico. — ¿Sisa? • Sisa: sí. — Riquísimo. —dije. — Tas loco marico, esa vaina debe doler. — ¿Qué? — Que te cojan —dijo él. — No mucho. — Sí, claro. — Bueno, a mí no me gusta mucho que me lo hagan. Prefiero hacerlo yo. — Qué asco guebón jajaja, pero aahhh ¿Viste que sí duele? — Solo un poquito. Después te acostumbras y pides más y más jajaja — Si eres mariquito, chamo. —dijo. — Tú sabes cómo es. La conversación se había puesto algo tensa y se percibía en el ...
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