1. Mi ex se entrega


    Fecha: 30/04/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... tú me lo pedías, no entendía por qué te gustaba tanto, porque lo disfrutabas y yo no... y ahora entiendo que cuando cubres una necesidad, te sabe mejor.
    
    - Es cierto, hasta el agua del más sucio pozo puede ser el mejor de las bebidas cuando tienes sed.
    
    - Que poético- me dijo riéndose.
    
    La cosa estaba tranquila, pasaban las diez de la noche, habíamos estado unas dos horas practicando sexo, toda una proeza para ella... y para mí, no creamos que somos actores profesionales. Pero yo estaba otra vez excitado.
    
    - Es temprano- comenté- ¿Te apetece otra vez?
    
    - ¿Otra?- ese comentario me recordó cuando ella me rechazaba una segunda ronda cuando estábamos juntos
    
    - Bueno, ya que se ha roto el hielo... pero si no quieres, no pasa nada...
    
    - Si me apetece- dijo con algo de vergüenza- me gusta cuando con tu boca... me haces... llegar.
    
    - Pues no se hable más.
    
    Me puse encima de ella, la besé y me correspondió.
    
    Bajé hacia su entrepierna, besando sus pechos, su ombligo, su pubis, hasta que localicé su pequeño clítoris. Lo cogí con mis labios, con la punta de la lengua lo iba acariciando, Miri comenzó a agitarse, se agarraba a las sábanas y gemía. Volvió a coger la almohada y taparse la cara, ahogaba sus gritos.
    
    Yo continué con su clítoris unos minutos, luego comencé a introducir un dedo dentro de su vagina, estaba caliente, húmedo... era un lugar estupendo.
    
    Con mi lengua también recogía alguno de esos fluidos, los saboreaba, sabían entre dulce y ácido, sabía al ...
    ... mejor de los sabores.
    
    Sus gemidos ahogados me indicaron que iba por buen camino, dentro de poco volvería a correrse otra vez. Yo continué chupando y lamiendo, metía un segundo dedo, resbalaba igual que el otro, sus gemidos aumentaban.
    
    Uno de los dedos lo apunté a su culito. Era un terreno siempre vedado, aunque de vez en cuando, cuando estaba muy excitada, me dejaba meter algún que otro dedo. El dedo entró sin dificultad, estaba bien lubricado. Continué metiendo la lengua, rozando el clítoris, con un dedo en el culo y otro en el coño... estaba haciendo todo lo posible porque ella tuviese placer.
    
    Y lo obtuvo, se corrió, la boca se me inundó de fluidos y sus gritos eran más fuertes y prolongados. Yo aproveché para meter un segundo dedo en el culo, ella gimió con más intensidad. Su cuerpo se tensó, se estiró hasta que ya no pudo más, y se dejó caer en la cama con un fuerte suspiro.
    
    Con cuidado le saqué los dedos del culo y me puse sobre ella, apartando la almohada. Tenía los ojos cerrados, respiraba agitadamente.
    
    - ¿Estas bien?- pregunté realmente preocupado.
    
    - Nunca me había sentido así- susurró.
    
    - Pues no ha acabado- le dije poniendo mi miembro en la entrada de su coño.
    
    - ¿Mas? Eres increíble, siempre lo has sido- y me agarró por el cuello, llevándome hacia ella.
    
    Con un golpe de caderas, conseguí meterle todo de una vez, estaba muy lubricada, no sentí nada de resistencia, ella estaba muy excitada.
    
    - Ohhhhhhhhhh- se escapó el gemido de su garganta- ...