1. El cuñado de mi primo es mi dueño


    Fecha: 09/04/2021, Categorías: Gays Autor: alej97, Fuente: SexoSinTabues

    ... tenerme así, como una perrita. Y si él disfrutaba, ¡imagínense yo! Al cabo de unos minutos, le pedí cabalgarlo, cosa que le gustaba por lo que pude ver en sus ojos. Tomé su miembro, y lo apunté a la entrada de mi culo, mientras nos veíamos el uno al otro a los ojos fijamente, casi sin expresión, hasta que terminó de entrar todo y solté un leve gemido. Entonces él comenzaba a acariciarme el pecho y luego las nalgas. Comencé a subir y bajar lentamente mientras él me acariciaba las piernas lentamente también. Era extraño todo porque en otras circunstancias hubiera muerto porque me tratara con rudeza de verdad, pero que todo fuese con suma delicadeza, con presión, me enloquecía más. Es decir, es como si él supiese dónde tenía que tocar, qué tenía que besar, con qué intensidad tenía que hacerlo y así. Yo lo disfrutaba muchísimo porque sus movimientos eran la mayoría suaves pero precisos. Era, por mucho, la persona con la que había sentido que de verdad me deseaba. No sé, era algo en su mirada, es extraño de explicar, pero eso era. Empecé a subir el ritmo de los movimientos y él llevó sus manos a mi cara y me trajo hacia sí, y me besó. Era la primera vez que sentía ese impulso nacerle, y eso me enloqueció. Me besaba con delicadeza pero en esa delicadeza la lujuria estaba presente, ¿no les ha pasado? A los minutos, él fue quien subía el ritmo. Yo levantaba un poco la cintura y él me daba más fuerte. Después me haló hacía su pecho y me abraza duro mientras pasaba sus manos por mi ...
    ... espalda y mis nalgas, sin dejar de besarme el cuello con toda esa lujuria y deseo que él tenía. — Quiero acabar así, ¿me dejas? —Me susurró al oído. — Sí, sí, sí quiero. Entonces, sus embestidas comenzaron a acelerarse mucho más, y me abrazada fuertemente, hasta que el sudor de ambos se mezcló y nuestros pechos estaban totalmente mojados. Fue entonces cuando me comenzó a besar y al empezar a eyacular, me mordía los labios fuertemente, tanto, que pensé que me hacía daño. Sin tocarme, acabé yo también. —Ahhh. Sí. —Escuché que decía él casi en un susurro. Nos separamos y enseguida hablé: — Puede que en este justo momento te arrepientas de todo. Es normal. — Bueno, solo me siento algo extraño, pero nada más. ¡Qué locura! No hablamos más, sino que volvimos al silencio que nos envolvía, mientras, yo lo vestía sutilmente y luego él a mí. Definitivamente me gustaba Andrés. Aún no se ha devuelto a su tierra, sigue aquí en Valencia. Me dijo que no se había ido porque esperaba a mi cumpleaños. Ya pasó mi cumpleaños y todavía no se va. Por mí, que viva para siempre aquí. En el fondo ambos sabemos que lo que nos envuelve no pasará de una noche en una cama, porque sé que él jamás aceptará que le gustan los hombres. Trato de no darle mucha importancia sino de disfrutar de su compañía, porque de verdad me encanta. Me trata como a un príncipe. Siento un calor fraternal cuando estoy con él que nunca sentí con nadie más. A veces me quedo a dormir donde mi tía y él entra a mi habitación, otras ...