1. Anita y un paraíso en la playa


    Fecha: 02/04/2021, Categorías: Sexo con Maduras Hardcore, Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... y ahora la sujetaba por sus magníficas tetas, retorciéndolas y manoseándolas.Una de sus manos gigantes sujetó ambas muñecas de Ana por sobre su cabeza y la otra se dirigió a su enorme verga tiesa, la cual ubicó cuidadosamente entre los labios vaginales de mi esposa.Un prolongado grito de dolor me anunció que Ana ya estaba siendo cogida brutalmente por ese desalmado. Vi que comenzaba a bombear a mi mujercita, a sacar y meter esa enorme verga en esa preciosa concha, primero lentamente y luego con más potencia, hasta que repentinamente Anita dejó de protestar.Clavó sus ojos suplicantes en los míos, como pidiéndome perdón por lo que iba a hacer, y se abandonó por completo a esa verga inmensa que la estaba cogiendo, pasando sus brazos por la espalda del tipo y rodeándole la cadera con sus torneadas piernas. Empezó a agitar sus suaves caderas al ritmo de las brutales embestidas, hasta que sus gemidos se fueron haciendo más intensos y seguidos y mirándome de nuevo, jadeando, sumamente excitada, su cuerpo se crispó, sus piernas se apretaron al cuerpo masculino y comprendí que había llegado a su primer orgasmo…Después de eso perdí la noción del tiempo que ese mismo tipo la estuvo cogiendo. Me parecieron siglos, lo vi mientras movía a Anita de un lado a otro, para penetrarla en todas las posiciones posibles. Finalmente, mientras la cogía boca abajo clavándole sus garras en sus suaves muslos, el bruto gritó furiosamente y se derramó dentro de la hermosa concha de Ana, quien a esta ...
    ... altura ya había tenido al menos tres orgasmos seguidos.Pensé que los otros dos tipo le saltarían encima para continuar cogiéndola sin darle respiro, pero apenas intentaron acercarse a la cama el jefe los detuvo en seco, gritando que Anita sería suya hasta que se cansara y todavía no la había disfrutaba del todo.Ana había quedado tendida boca abajo sobre la cama, tratando de recuperar la respiración. Por un segundo levantó su cabeza para mirarme directamente a los ojos, como pidiéndome perdón por lo mucho que había gozado sin poder controlarse en manos de este bruto.Mientras tanto, precisamente una mano del hombre volvió a perderse entre los muslos abiertos de Anita, que gimió de verdadero placer apenas la sintió deslizarse por su cuerpo. Luego de unos minutos donde solamente se podía ver el subir y bajar de esa gruesa mano, ella no pudo evitar otro traicionero orgasmo a merced de aquel tipo, pero mirándome fijamente a los ojos, le suplicó que la cogiera cerrando la puerta de la habitación, para que yo no siguiera sufriendo la humillación de verlo.El tipo largó una sonora carcajada, aceptando, al mismo tiempo que invitaba a sus dos cómplices a entrar a la habitación. Sonrió diciéndome que ahora le tocaba el turno al culo de mi delicada esposa, tras lo cual cerró la puerta de un golpe.El tiempo se me hizo eterno, fueron horas y horas, mientras yo no escuchaba más que los gemidos de mi esposa, algunos golpes, carcajadas y gruñidos… Algunos gritos de dolor me hacían comprender que ...