la incomodidad III - Relatos Eróticos

la incomodidad III

... Porque siento como que duelen mis pezoncitos, pero cuando me los tocan siento rico y como que vibra mi cosita – el padre no dejaba de pasar su delicado dedo por mi esfínter arrancando gemiditos de placer Hna. – ¿cómo?; así Zoraidita - tocó mis pezones otra vez por encima del vestido y ayyy ayyyy que rico todo mi cuerpo se estremeció Hna. – y ahora como lo sientes – metió su mano dentro de mi escote y ayyyyy dios mio ayyy diosito ay diositito mi lindo que ricura, la hna. En mis pechos, el padre en mi anito Hna. – y aquí es donde te vibra y te da calorcito – metió su mano por debajo de mi vestido bajo mis pantis un poco para tomar todo mi monte de venus haciendo un poco mas de presión sobre mi rajaayyyy ayya ayyy hna. No me lo suelte no me lo suelte se siente rico me desmayo aauuuhhmmm, el padre con su mano izquierda que tenía libre se agarró aquella mandarria que tenía entre las piernas y se la sacudía retadoramente pegándose mandarriazos contra su cuerpo les aseguro que le llegaba mas allá del ombligo Zoraida – hna. Cada vez que veo esa cosota mi puchita me hierve y me cosquillea mas – Hna. – si mi`jita es porque tu puchita quiere tenerla adentro, quiere tragársela toda – Zoraida – hna. Como cree eso es monstruoso no me va a caber – Hna. – si te va a caber, cuando me la metió toda tenía apenas diez años y medio y tenía menos cuerpo que tu – Zoraida – ay hermana no le creo se ve que usted siempre ha sido hermosísimaaauuuuhmmm, hay hermana dele mas dele mas – la hna. Mientras ...

... me hablaba movía sus dedos por encima de mi clítoris, pero está retirando su mano dijo Hna. – mira una cuarta y cuatro dedos – ella le había agarrado el miembro con ambas manos para medirlo, mi boca babeaba al ver aquella cosa, y había una fuerza mayor que me impulsaba a tocarla Hna. – mira Zoraidita esta te la vas a comer toda por el culito, tu puchita y tu boquita hoy solo por la boquita después hacemos un retiro por tres días para que te la metas por primera vez y puedas recuperarte y nadie sospeche nada, confía en mí, no te lastimará – Padre – hora de comulgar – ella volvió a hincarse a la izquierda del padre totalmente desnuda el padre se puso de pie con aquel ariete completamente tieso se arrimó a la hna. Y dándole suaves golpes con su estaca en la cabeza le dijo hna. Padre - Prepárese para recibir sus bendiciones – Hna. – estamos preparadas – después puso su pene en la frente de la monja bajándolo lentamente y presionado sobre su frente su nariz sus labios el labio inferior fue ligeramente separado del superior lo que ella aprovecho para pasarle la lengua sobre su glande, siguió por la barbilla, su tórax, para después recorrer ambas tetas con el glande y luego ofrecérsela en los labios ella le dio un suave beso en le punta, después se dirigió hacia mí, yo no hallaba que decir mi puchita emanaba mas líquido, entre mas cerca me la ponía, el corazón parecía que se me iba a salir de tan fuerte que me palpitaba Se paró frente a mí, esa bella enormidad me estaba apuntando ...