No es que le gustara la verga... #1 - Relatos Eróticos

No es que le gustara la verga... #1

... lo deseas, yo hago todo eso contigo. Te lo prometo. Pero ahora debes de...El otro; dejándola con la palabra en la boca; se dio la media vuelta y caminó hasta la puerta. Ésta apenas se abría cuando...—Está bien —dijo ella.Minutos más tarde, el joven alumno miraba atónito cómo se desnudaba su profesora frente a él. Fue un momento mágico. De esos que se quedan en la memoria toda la vida. Él ya estaba desnudo en la cama. Inconscientemente se había cubierto con la sábana sin darse cuenta que le era innecesario.Ver aquella tersa piel blanca; más de la que antes le había visto a su bella maestra; le irguió la verga al máximo. Bajo la blanca tela se manifestó una pequeña “tienda de campaña”.La maestra, notando ya la humedad que emanaba de la cúspide de aquella “carpa”, lo acarició, sabiendo lo que eso le provocaría. Pues, en efecto, el pobre chico estaba a punto de eyacular sin siquiera haber probado la intimidad de la mujer que tenía enfrente.No obstante, Edmundo tomó a la señora de sus caderas e, irguiéndose un poco, besó el blanco y liso abdomen. Era un sueño húmedo haciéndose realidad, pues no hay alumno que no ame a su maestra cuando ésta es así de hermosa.Fue un beso tan tierno que a la mujer le incitó un instinto maternal. Marisela aceptó las caricias del inocente y, tiernamente, lo besó por sobre los finos cabellos de su cabeza.Luego Edmundo dijo lo que tanto anhelaba decir desde hacía mucho:—Mónteme maestra.Viéndolo tan inocente, a la mujer se le ennobleció el corazón y, ...

... haciendo a un lado la sábana que lo cubría; paso inmediato; se le montó encima apareando su cuerpo al suyo.Fue así como, hembra de amplias y bellas carnes, se acopló al menudo cuerpo de su discípulo. Dos generaciones unidas por el sexo.Edmundo se sintió pequeñísimo, inmerso en ella. Era como si se hubiera perdido en un abismo de suavidad y calidez infinita. Con un par de meneos por parte de la señora, y sintiendo entre mano y mano las voluptuosas carnes de la dama, él se le derramó completamente dentro.Había sido un “palito” muy breve, sin embargo, uno muy significativo.La dama; demostrando que lo era; no se le separó inmediatamente. Sabiendo que ese momento le sería muy especial de por vida, se le dejó caer encima y lo besó cariñosamente. Como una amorosa madre abrazando a su tierno hijo. Pasando así un par de minutos abrazados, sobre la misma cama que ella compartía con su esposo por las noches.Ya luego, mientras ambos se vestían:“Sí, la verdad es que, en la escuela, varios tienen el video”, el muchacho le decía la terrible verdad.La mujer se estaba llenando de la más intensa amargura en su vida. Todo había sido un despropósito. Aquello ya era un escándalo y ella sin enterarse, por lo menos hasta ese día.“...muchos vimos el video. Creo que lo bajaron de una página para adultos de internet”, continuó el chico.“Mis amigos decían que a usted le encantaba la... bueno, usted entiende. Muchos dijeron que usted era una..., ya sabe. Pero yo jamás la llamé así”.—¿Cómo? Una puta —dijo ...