1. Sexo con una madura. La leche joven todo lo puede


    Fecha: 18/03/2021, Categorías: Transexuales Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... pesada..., mucho para mí.
    
    -¿Puedo ayudarte? ¿Voy? - Pensó... tiempo cumplido. – sin darle tiempo a nada ¡Voy!
    
    Cuarentona, la de las cuatro décadas que inmortalizó Arjona en una canción que se hizo como himno de veneración para los que gustamos, seguí y sigo gustando de ese tipo de mujer. Volviendo a hilo del relato, decía que esa mujer madura, ese apelativo es una condecoración para mí, era digna de exponer entre mis logros más apreciados, si se me daba la fortuna de “tener algo contigo”. Nos presentamos:
    
    -Mary, ¿vos?
    
    -Julio, para lo que necesites. –remarcando con clara intencionalidad la frase…
    
    Belleza serena, carnes firmes, mirada envolvente y cálida, labios carnosos y sensuales, pechos con la cadencia de la naturalidad, talle solo con esos rollos que acentúan la sensualidad, diría que en esos momentos me siento dentro de una escena de “el graduado” el protagonista seducido y cuánto ¡Me gusta!
    
    Se inclina, indica cómo a dónde mover la maceta, primer plano de caderas, creo que intencional, justito delante de mis narices, giró para controlar el efecto, la rocé, como al descuido, coloqué en el sitio indicado.
    
    Quedamos tan próximos, que me embriagaba el aroma de mujer, extasiado me había perdido en el tiempo.
    
    Entre curiosa y graciosa dijo:
    
    -¿Nunca viste una mujer?
    
    -Tan... como Ud., no.
    
    -¿Y cómo es tan..? - jugando, conocía el efecto y adivinaba la respuesta.
    
    -Sí, así tan..., un placer mirarla… mirarte… -salté de una, la barrera, el tuteo ...
    ... acerca todo.
    
    -Sos atrevido, y joven. ¡Me gusta! – Gesticula con ojos y labios.
    
    -Y usted… vos me excitá, mucho. – Salté el Rubicum, como César a la conquista de Roma, “la suerte estaba echada”, a todo o nada, aposté un pleno a la conquista.
    
    No hubo más palabras, pasamos a la cocina y todo fue un maremágnum de besos desaforados, abrazos descontrolados afloraron sus necesidades y mis urgencias, afiebradas caricias, giró, tomada del talle, mi endurecido sexo se ubicó solito entre las nalgas, manos colmadas de tetas, besé cuello, oreja y muerdo en la nuca como el garañón para controlar a la yegua salvaje, gime, preludio de sexo salvaje y a toda orquesta.
    
    Franela, faje, morreo, manotazos de pulpo enamorado, abarcar todo en poco tiempo, el tiempo es fugaz, el deseo en la cima de la pirámide de sensaciones, la poronga se mandó en la húmeda “canaleta” especialmente lubricada. Entré y salí de ella alentando su réplica, sacudidos al compás de la urgencia no pude contener la lechada agitada. La mujer gime y jadea, los epítetos procaces brotan sin control de sus labios, quiere expresar sus emociones y ventilar sus sensaciones retenidas. Abrazado, contenido en ella, gozando esta gran mujer y haciéndola sentirse amada y colmada.
    
    -¡Estabas recaliente!
    
    -Sí, mucho, no pude ni avisarte, me sorprendí venirte tan rápido, lo es lo mío, pero...
    
    -No hay drama, el próximo es todo mío.
    
    Zafó de mi abrazo posesivo para desocupar el “estuche”, me pareció tan sensual verla caminar, con ...