1. DESPUES DE UN KARAOKE, TAN SOLO ME QUEDA TU MELO


    Fecha: 20/02/2021, Categorías: Erotismo y amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... embestía cada vez con más fuerza, con más pasión.
    
    Se incorporó y me tumbo en la cama. “quiero cabalgarte”, me dijo mientras me besaba.
    
    El sudor, nuestro sudor, se mezclaba con nuestros perfumes y con el perfume endiablado del sexo, de la pasión. De nuevo un descanso. Recuerdo que le preguntaba si estaba bien, si estaba a gusto y ella me confesaba que no estaba acostumbrada a tanto, que le estaba dando mucho y que se sentía como una reina. Nos tumbamos en la cama, mientras nos seguíamos abrazando, besando.
    
    -“Quiero que me cantes algo para mí”, me dijo con una sonrisa, y volvimos de nuevo a ser dos amantes en acción.
    
    Como si un lazo imaginario nos uniera y no nos dejara separarnos. Y así, de lado, volvimos a sentirnos, volvimos a hacernos nuestros.
    
    “Me encantaría que te corrieras en mi boca”, y esa frase sonó como un revitalizante más y esta vez, fui yo el que tomé las riendas de la situación.
    
    En un extremo de la cama, sin ningún control previo, la sentí más pura que nunca, nada se interponía entre dos cuerpos, entre dos amantes…”tranquila, cariño, no te preocupes”, le decía mientras seguía besándola.
    
    Me faltaban manos, me faltaban besos…y también nos empezaban a faltar fuerzas.
    
    Nos sentamos en la cama, y ella me regaló un colgante.
    
    -“Toma, quiero que lo lleves, te dará suerte, y espera, voy a hacer algo”
    
    Sacó un pequeño saco de su bolso, y ...
    ... allí, sentados en una cama, dos personas desnudas, ella, me tiró las cartas del Tarot. Creo que nunca jamás, había tenido una sesión esotérica de esta manera.
    
    El tiempo pasa siempre muy rápidamente, cuando no se quiere que pase, y los dos nos quedamos asustados de la hora que era.
    
    -“Ven, duchémonos y vayamos a comer algo”
    
    Y de nuevo en la ducha, con el agua, el jabón, nuestras manos se deslizaban juguetonas, pero no, ahora no. Si entrábamos en otra guerra en el baño, entonces perderíamos los compromisos que cada uno tenía.
    
    Paz, ducha, recoger los restos de la batalla, vestirse, salir del hotel y buscar un sitio donde comer.
    
    Un restaurante cubano, nos pareció buena idea, y entre arroces, carnes y tiramisús, el tiempo se agotó.
    
    -“Estoy agotada chiquillo, eres una pasada”
    
    -“Gracias, pero no es para tanto, yo también estoy agotado, leona”
    
    Salimos del restaurante con una extraña sensación. Cada uno de nosotros, regresaba a su vida, a sus tareas, a sus compromisos, pero cada uno de nosotros, llevaba un trozo del otro, en su cuerpo. Una despedida sencilla, rápida y fugaz, pero no hacía falta decir nada más. Le había puesto nombre al deseo.
    
    Minutos más tarde, recibí un mensaje de móvil de Sara.
    
    “Me has dado las horas más maravillosas que una mujer podría desear, y eso no se olvida”
    
    Yo también sabía, que no me olvidaría de mi tarotista favorita. 
«1234»