1. DESPUES DE UN KARAOKE, TAN SOLO ME QUEDA TU MELO


    Fecha: 20/02/2021, Categorías: Erotismo y amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... su piel, de dejar que nuestras pieles se fundieran sin ninguna atadura.Tenía ganas de besarla, de volverla a sentir en mis brazos, pero no quería repetir una locura como la de la otra tarde…esta vez quería apostar por mí y
    
    “Ven, sígueme”
    
    Nos levantamos del bar y salimos a la calle. Sin rumbo fijo, empezamos a recorrer todo el Paseo de la Castellana, mientras seguíamos hablando de banales temas. Los dos sabíamos lo que queríamos, pero ninguno de los dos, quería decirlo.
    
    Entré en un hotel, me acerqué rápidamente a la recepción, reservé una habitación y nos fuimos al ascensor. El ascensor era de esos acristalados, que te permiten ver el exterior, pero a mí, lo único que me importaba, era el poderla abrazar, el poderla besar.
    
    Segundo piso. Se abren las puertas y siguiendo la numeración del pasillo, llegamos a la 315. Ella se sorprende, ese número le traía recuerdos de historias y amistades.
    
    Nunca he sabido muy bien, como se debe proceder, cuando dos personas entran en la habitación de un hotel, por lo cual, dejé que todo fluyera con naturalidad. Se fue al baño mientras yo me quitaba la americana y el reloj.
    
    “Vaya lujo, no te estás de nada, eh”, gritó ella desde el baño.
    
    Sonriendo, con una cara mitad picardía, mitad inocencia, se acercó mí, apoyó mi espalda en la pared y me besó. Nos besamos. Lentos, suaves y dulces besos. No eran besos de pasión, eran besos de ternura, delicados. Mis manos empezaron a recorrer sus brazos, su pelo. El carmín de sus labios ...
    ... empezó a borrarse mientras ella lentamente empezó a desabrocharme la camisa.
    
    Hablábamos, nos mirábamos. Era como si estuviéramos juntos por primera vez, y la locura de la otra tarde, hubiera quedado oculta. Parecía que todo fuera nuevo para nosotros.
    
    Sus manos empezaron a recorrer mi pecho.
    
    -“Me encanta tu pecho”, me dijo mientras clavaba sus ojos en mi. La giré, con un rápido movimiento y puse su espalda pegada a mi pecho. Le besé su cuello, sus orejas, le susurraba palabras en sus oídos, mientras mis manos se deslizaban por encima de su vestido, acariciando sus pechos.
    
    Ella se giró ahora, y me comentó, “no sabes lo excitada que estoy”
    
    Me ayudó a desabrocharle su cremallera, y su vestido se fue por los aires. Por primera vez mis manos se pasearon por encima de sus negros sostenes…la aparté para contemplarla, para desearla aun mas. Y la abracé fuerte, muy fuerte, pecho con pecho, piel con piel. Mi camisa se cayó al suelo, igual que su falda. Me desabrochó los pantalones, pero no la dejé seguir. La tumbé en la cama, casi le arranco tu tanga negro y como un sediento me arrodille frente a su sexo y lo besé. Mi lengua jugaba con su clítoris, lo mordisqueaba. Mis manos estrujaban sus pechos, mientras mi boca se llenaba del aroma de su sexo. Ella gemía, notaba que le gustaba y eso me excitaba más, mucho más. A ratos la levantaba unos centímetros de la cama, para tener más libertad de movimiento de mi lengua con su sexo.
    
    Cuando me cansé de oírla gemir, me levanté del ...