1. Hetor, el esposo de mi prima.


    Fecha: 19/02/2021, Categorías: Gays Autor: manizaleñogay, Fuente: SexoSinTabues

    ... que no respondía a mi llamado, después de un par de intentos, inicio mi casería. Entro en la habitación sin tratar de hacer ruido alguno, y me dispongo a llegar al punto exacto en donde se encontraba su verga aún cubierta por la tela de su pantaloneta blanca. Al llegar hasta ese punto, mi corazón latía y mi pene empinaba en mis pantalones. Al acércame a su cuerpo, me detengo e intento nuevamente, en medio del silencio fúnebre de la casa, escuchar su respiración y sobre todo sus ronquidos, para asegurarme de que efectivamente seguía dormido. Apenas me percibo de que en efecto está roncando, me dispongo a colocar mi mano derecha sobre su miembro el cual estaba hasta ese momento flácido. Lo primero que recuerdo que hice fue, alzar la manga derecha se su pantaloneta holgada, y me encuentro con unos bóxer igualmente blancos. Para este punto regresaron a mi cabeza todas las veces que lo había admirado cuando apenas tenía doce años, y como me quedaba viéndole la entrepierna en las reuniones familiares cuando se sentaba y se demarcaba por encima de sus pantalones un bulto delicioso, que era el motivo por el cual estaba arriesgando mi relación con mi prima y mi integridad con el resto de integrantes de mi familia. Al terminar estas imágenes en mi cabeza, suscito levemente en el silencio de la habitación, las siguientes palabras "Cuanto tiempo he esperado por esto". Una vez sale la última palabra de mi boca, corro la parte de abajo del boxer dejando ver su pene. Un pene flácido, ...
    ... oscuro, de unos 10 cm, gruesos; con unas guevas enormes y duras. Al ver esto, mi pene dio un salto de excitación y sentía como se manchaba mis boxer con mi pre-semen. Al verle la verga a Hector, pensé en terminar allí puesto que pese a que estaba muy excitado tenía aún más miedo, por el hecho de ser descubierto. Sin embargo un nuevo pensamiento salió de lo más profundo de mi, recordándome que no había concluido aún mi objetivo, pues sí bien le había visto la verga a Hector, tenía que conocerla en su grado máximo para saber si efectivamente era proporcional con el resto de su enorme cuerpo. Así que, vigilante nuevamente de los ronquidos de Hector, me acomode para colocar esa verga entre mis manos y comenzar a jugar con ella. Para esto, coloque un poco de saliva en la palma de mi mano y comienzo a mover este grueso miembro, el cual fue adquiriendo forma poco a poco, llegado a unos 18 centímetros y el doble de grueso. Para este punto, el miedo a ser descubierto se había desaparecido y lo único que me importaba era comerme esa deliciosa presa que se notaba no había tenido acción en varios días, por el duro de sus guevas enormes y negras. Así que me incorpore a descender más sobre la cama y coloque mi boca a la altura de tan perfilado miembro, el cual era completamente derecho, con una cabeza que rompería cualquier ano, incluyendo el mío. Una vez allí, me percate del olor que tenía aquella verga, tenía un olor a orina y a macho muy fuerte que me encantaba, y que quería saborear, así que ...
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