1. HICE QUE MI MADRE CUMPLIERA MI FANTASIA 3RA PARTE


    Fecha: 14/01/2021, Categorías: Incesto Autor: voyeur34, Fuente: SexoSinTabues

    ... interior, se limitaba a sonreír con esa sonrisa diabólicamente sensual que tenía. — ¿Te gusta verme, Adrián? —Sí mamá. —Dime Moni. Dime que te gusta verme en ropa interior. —Sí Moni, me gusta verte semidesnuda. Me gusta ver el encaje que cubre tus senos hermosos. —Di tus tetas. —Me gusta ver tus tetas bajo ese encaje sensual y tus nalgas redondas y duras bajo tus calzones sexys. —Ahora vete. Era algo que no sé explicarles, un juego mental en el que ella me dominaba porque yo no me quería rebelar, y ocasionar que terminara el juego, prefería seguir sus reglas. No sabía tampoco si a ella le excitaba oír esas cosas, como si la hiciera sentir deseada, o emputecida. Me fui esa tarde a mi habitación y desquite aquella imagen maravillosa en aquella prenda que me había regalado hace tiempo. Era mi símbolo de su intimidad. Después de esa tarde ya no pude fingir más mi ardiente deseo. Decidí ir con todas mis cartas. Así comencé a hacer más frecuentes mis embestidas. Más sensuales, y sobre todo, lo que creo que ocasionó mi éxito, es que fueron descaradas, sin pedir su permiso. Así fue como una de aquellas las tardes al verla llegar con su sensual traje ejecutivo, le di un agarrón de nalga sabroso. —Hola ma. —vengase para acá mamacita, pensaba. — ¿Y eso? — ¿Te molesta? —No. Pero. — ¿Pero qué. ? —No es la forma más apropiada de saludar a tu madre. —Lo siento, pero creo que hace tiempo que olvidé lo que era apropiado entre tu y yo. —Tienes razón. Por toda respuesta sonrió y me miró a ...
    ... los ojos con esa mirada hechicera que tenía. Luego fue hacia la sala, arrojó su bolso y siguió hacia la cocina a servirse un vaso de agua. Yo fui tras de ella. Me le acerqué por detrás, la abracé y la dejé terminar de beber. Luego la besé en la mejilla. — ¿Te gusta calentar a los hombres Moni? —ella se apartó un poco y me miró algo extrañada. — ¿Te parezco una calientavergas? —A decir verdad, sí. Lo he notado muchas veces. Y el mejor ejemplo soy yo. — ¿Te caliento mucho? —La verdad sí —al responder la abracé ahora de frente y le agarré las dos nalgas. Ella suspiró y cerró los ojos. Quiero pensar que aquel momento tan lleno de erotismo y a la vez de un ambiente de prohibición era lo que más la excitaba. —Cada día te deseo más. — ¿No te ha bastado con mi ropa interior para que te masturbes? —Un tiempo. Pero mi deseo ha ido aumentando y no logro saciarlo. — ¿No te ha sido suficiente dejar mi cuerpo a tu disposición mientras duermo para que lo uses? —Confieso que ha sido muy placentero. Pero aún no me es suficiente. Estábamos separados un poco, pero yo seguía con mis manos sobre sus hermosas nalgas, pero no las apretaba ni nada, solo las tenía encima, eso me excitaba mucho. Disfrutaba el momento sin apresurarme. Siempre fue así. Como cuando no quieres que una comida rica se acabe o una peli, o un juego. Ella acercó su cuerpo al mío un poco más e hizo que sus tetas chocaran con mi pecho y su vagina se encontrara con mi bulto. —¿Y qué sería suficiente para ti? —dijo mirándome a los ...
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