1. Mi hermana Julia - 5 -


    Fecha: 14/01/2021, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... harías? - No lo dudes, Julia. Haré todo lo que quieras. Empecé a bajar de la cama y Julia al fin cerró sus piernas y se sentó a un costado. - Oye… Luis… Por lo que más quieras, ni una palabra de esto a nadie… ¿me entiendes?… ¡A NADIE! - Tranquila Julia; ya puedes imaginarte que tampoco a mí me conviene que nadie lo sepa. Me fui hacia la puerta y recogí mi pantalón y las bragas de mi hermana que estaban empapadas de la primera de mis corridas. Julia estaba agachada intentando recoger su ropa, ofreciéndome de nuevo la visión de su hermoso coño. Se puso de pie y vi cómo por sus muslos se deslizaba mi semen, mezclado con sus flujos, en dirección al suelo y su vello púbico, brillante y mojado por mi esperma. No lo pude evitar. Me agarré de nuevo la polla y mirándola muy fijo, empecé a moverla de nuevo. Julia recogió su pantalón y sus deportivas y al levantarse se encontró de nuevo con su hermanito cascándosela. - ¡¡¡Luis!!! ¿Otra vez? ¿Y ahora, qué he hecho? - Nada, Julia… no has hecho nada… ha sido el ver resbalar mi leche por tus piernas… ¡¡me he puesto a cien!! - ¡¡¡Eres increíble!!! ¿Pero no vas a parar nunca? ¡¡¡Te la vas a destrozar!!! Dijo Julia sonriendo. Espera hermanito, espera. Se acercó hasta mí, desnuda como estaba, y se colocó a mi espalda; su brazo derecho rodeó mi cintura y me agarró la polla con la mano. Yo di un salto; eso no me lo esperaba. - ¡Julia! -exclamé-. - ¿Qué pasa? ¿No quieres que te la haga? Si he estado años haciéndosela a mis ligues fuera de casa, ...
    ... no veo por qué no voy a poder cascársela a mi hermanito, aquí, en mi habitación. Su mano empezó a subir y a bajar por mi polla que estaba nuevamente dura como un palo. Con su brazo izquierdo me cogió por la cadera, rodeó mi abdomen y se pegó a mi espalda. Noté el esperma frío sobre su vientre, que Julia, desde su posición detrás de mí, restregaba contra mi espalda. Su vello púbico me acariciaba el culo y pude sentir cómo sus tetas sudorosas, ya sin sujetador, se estrujaban contra mí. Julia lo hacía de maravilla, con suavidad pero con firmeza al mismo tiempo, -se apreciaba que tenía bastante práctica. No tuvo que trabajar mucho; mi corrida fue casi inmediata. Esta vez solo fueron un par de chorritos de mi leche los que aterrizaron sobre su cama, empapando más aún la sábana, mientras yo gemía de placer y oía a mi hermana reírse a calzón quitado. - ¡Ja, ja, ja!… ¡¡¡eres alucinante Luis!!! No entiendo cómo puedes seguir corriéndote una y otra vez y continuar teniendo leche aún en estos preciosos huevecitos. Su mano, empapada de mi semen, dejó de bombear mi polla y bajó hasta mis huevos acariciándolos con suavidad. - Julia - ¿Qué? - Ahora soy yo el que quiere besarte, ¿Puedo? - Claro que puedes, cariño; anda, ven. Julia se situó frente a mí, me abrazó, cogió mis labios entre los suyos y me los empezó a abrir con la punta de su lengua. Yo abrí ligeramente la boca y la recibí en mi interior. Mis brazos fueron rápido a su espalda, la rodearon y la atrajeron hacia mí, estrechando su ...