1. Mi hermana Julia - 5 -


    Fecha: 14/01/2021, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    El poco tiempo que tardó Julia en ir desde la cama a la ventana de su cuarto se me hizo interminable. Pensé de todo; que iba a desahogar su ira a puñetazos contra el cristal; que volvería y me los daría a mí o que me expulsaría de su cuarto para siempre. Llegué a temer que Julia hubiera perdido la razón, al punto de que intentara saltar por la ventana; hasta esa gilipollez se me pasó por la cabeza. Tan alterada y descontrolada la veía. Julia llegó a la ventana; se paró; respiró hondo, pegó un tremendo tirón a la cinta y cayó la persiana enrollable de un solo golpe. Quedó casi totalmente bajada; a solo unos pocos dedos del alfeizar. Apenas se veían unas rendijas entre las lamas, lo suficiente para iluminar algo el cuarto con la luz de pleno día que reinaba en la calle, pero sin que desde fuera se pudiera ver nada del interior de la habitación. Luego, Julia se giró, y volvió donde yo estaba. - ¡¡Cierra la puerta!! -gritó, aún encolerizada-. Obedecí al momento; sin osar rechistarle. -Al menos no va a echarme, pensé, algo aliviado-. - Bueno, hermanito. Cuando termine contigo quiero ver cómo te atreves a repetir todo eso de lo cortada que soy, ¿vale?, gilipollas ¿Le has visto las tetas a una chica alguna vez? ¡Ah! Y te lo advierto: Mónica no cuenta. Me refiero a una de tus chicas, amiguitas, compis, o como coño las quieras llamar. ¡Glup! Julia continuaba con sus insultos y eso era bueno: estaba descargando toda su rabia en ellos. Tragando saliva, contesté como pude. -Ahora el ...
    ... cortado era yo-. - No; ¿Tetas de verdad? No. No las he visto nunca. Solo a Mónica. - Bien; ¡pues mira esto! Fíjate bien en el par de tetas que tiene tu hermanita Julia… ¡la cortada! Sus manos descendieron hasta el bajo de la camiseta y, cruzando los brazos a cada lado de su cuerpo, la agarró por el borde y de un sólo tirón se la quitó por la cabeza. Su pelo cayó al instante sobre su pecho y pude ver cómo sus magníficas tetas se bambolearon por un instante, dentro de las copas del sujetador. Era un sujetador sencillo, sin ninguna floritura ni encajes; más bien parecía la parte superior de un bikini, pero sus hermosos pechos se adivinaban perfectamente bajo aquella ligera superficie de tela. El sujetador, elástico, de esos deportivos, le aprisionaba un poco más de la cuenta los pechos, de manera que una pequeña parte de ellos sobresalía por la parte superior que formaba el escote. - ¡Guau!… Julia… estás preciosa; pero hasta esto sí que había llegado: te he visto en traje de baño muchas veces. Esto no es nada nuevo para mí. - Espera, hermanito; tú me has dicho que lo que quieres ver es cómo me hago una paja: cómo me masturbo. De mis tetas no has dicho nada y no pienso enseñártelas, -dijo con una sonrisa picarona en su rostro-. Conténtate con lo que ves. Esto solo es para hacerte sufrir un poco. Lo tienes merecido. Julia ya estaba bastante más tranquila y empezó a desabrocharse los botones de sus vaqueros y de un tirón se los bajó hasta las rodillas, de forma que pude ver que tenía ...
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