1. Contrapunto


    Fecha: 12/01/2021, Categorías: Gays Autor: Tothem, Fuente: CuentoRelatos

    ... de barra. Pudieron observar como se besuqueaban al mismo tiempo él le hacía un cotejo a la chica (culo, tetas, muslos) para después tumbarse y hacerse un 69, tras el cual nuestro protagonista (por cierto, le apodan ‘Escorpión’) después ejercito una monumental monta a la muchacha con empuje y arqueo de caderas para una penetración profunda, se podían oír las tacadas de las embestidas. Termino en unas vigorosas embestidas con bombeos estáticos; por su parte ella le arañaba la espalda, le tiraba del cabello. Los compañeros del Escorpión pudieron observar como quedaron los dos inmóviles, la descarga había sido interna y abundante.
    
    – Joder Escorpión, lo que me perdí, por lo que me han contado le echaste un polvazo de escándalo.
    
    – Sabes, a mi no me gusta empalmarme de balde, cuando puedo mojar no desaprovecho oportunidad, me gusta usarlas al momento, donde sea y como sea – dijo el Escorpión.
    
    Ella seguía en la barra, se adormilaba algo, era el momento de pirarse y dejar a su marido con la cháchara para acostarse, aunque al pedir la cuenta el afable camarero en un deje afable y simpático signo de deferencia hacía con la dama le dijo, “tendrá que probar nuestros chupitos de la tierra”. Con frecuencia las personas sensibles como nuestra protagonista son incapaces de disfrutar los momentos, solo es cuestión de llevarles a ello. Escorpión, en lo tocante a seducciones y encantos ínfimos confiaba más que nada en la bebida; era su medio, su ambiente, como un mecánico que está ...
    ... entre sus coches y neumáticos o un albañil con sus ladrillos y herramientas.
    
    – No me lo puedo creer, se la está camelando el cabronazo, ¿sabéis para que era esa botella de chupito baratero? Pues para darle conversación – dijo el camarero entrando en la cocina tras la barra
    
    – ¿Cómo es la hembra?
    
    – Cuarentona, pero prieta, algo estiradilla, con buenos melones.
    
    Así pues, el Escorpión ejecutaba el procedimiento y parecía integrado en la conversación, atento, recatado. Ella por su parte ya arrastraba sus frases al charlar, el licor le daba esa volatilidad eufórica de saberse segura, incluso se atrevió sin temor ninguno al rincón tras la barra fuera de la visión de la poca concurrencia. Justo en ese lugar, tras la cafetera fue adulada y era seducida como una adolescente. Los dos camareros iban y venían tras la barra. Le zumbaban algo los oídos; está atrapada se descompone ante el Escorpión el cual no cesa de besuquearla, la atonta con su leve contacto. Sus ideas se trastabillan y se revuelcan. Pero está a gusto, no puede defenderse de ese deseo, la tiene atrapada. Le toca los muslos y tantea su coño. El compañero hace señas al Escorpión el cual al darse cuenta se va hacía él.
    
    – Si algún cliente llega a verte se van a quejar al jefe.
    
    – Ya te vale – dijo el otro compañero – eres lanzado de la hostia, te bastan treinta segundos para estar trabuco, y encima ya la estás dedeando ahí en medio.
    
    – La muy puta ya está excitada, casi se corre de gusto, quiero ensartarla ya – ...