1. La pérdida de la inocencia


    Fecha: 11/01/2021, Categorías: Gays Autor: Pavic, Fuente: SexoSinTabues

    ... Suelen ser bastante molestas”- dijo con algo de enfado. -Está bien Gonzalito, no te molestes…y sí, tienes razón, la mayor parte del tiempo suelen ser bastante molestas. Reímos de buena gana, relajando en parte la tensión de mis preguntas. Se estiró con los brazos distendidos, en señal de relajo acompañado de un bostezo –“tengo sueño”-dijo –“pero Gonza, aún es bastante temprano para dormir… ¿quieres bañarte en la piscina?”- Sabía que esa pregunta tendría una inmediata respuesta positiva, ya que le encantaba nadar, dos veces por semana asistía a una piscina temperada y sin hacerse de rogar lo tomé de la mano para llevarlo a la alberca, la cual si bien no era demasiado grande, estaba hecha a la vanguardia de la elegancia de la residencia que la albergaba. Al llegar hasta ella, Gonzalo palideció, y exclamó:-“diablos, olvidé traer un traje de baño”- algo preocupado –“Gonza, ya casi es de noche, nadie nos ve desde ningún lugar, mira…no habrá problema en que nademos así nada más…desnudos”- Me miró algo incrédulo, aunque una cosa también le era propia: no solía oponerse absolutamente a nada. Mientras seguía observándome, lo ayudé a quitarse sus shorts, y sus bóxers mientras levantaba sus indemnes piernas lampiñas, lo dejé sólo en playera y me dispuse a contemplarlo así; luego me quité sin desesperarme de mi calzado, mis jeans, mi camisa, y finalmente mi ropa interior. El niño miraba con respiración agitada sin perder de vista la erección de mi miembro que le parecía demasiado ...
    ... grande para su edad, me puse frente a él para finalmente levantar sus brazos y quitarle la playera verde, teniendo para mí su desnudez total; sus bolitas eran algo más grandes que su pequeño pene, sin un solo vello en la zona de su pubis, sus rozados y aureolos pezones comenzaban a erectarse por el contacto con el aire libre, y los poros de su lozana piel se erizaban cuando mis manos se posaron a la altura de sus caderas desnudas. Me correspondió poniendo sus manos sobre mis brazos, sobándolos sin entender el porqué de sus involuntarios reflejos, y su verguita por fin comenzó a brotar con un leve brillo en el glandecito que se asomaba producto de la estimulación. –“En fin, ¿entramos al agua?”- le invité. Me lancé un clavado sumergiéndome en las tibias aguas de la piscina, Gonza aún seguía parado en las escalinatas sin entrar, nadé hasta él y le ofrecí mi mano mojada –“ven, el agua está deliciosa”- Comenzó a meterse en lenta procesión, pie por pie, ayudado por mí –“está helada, ay, ay”- se quejó; hasta que se introdujo a la altura de sus hombros sin sumergir la cabeza aún. “Tengo frío”- exclamó tiritando. “Ven Gonza, ven conmigo”. Lo atraje hasta mí asido de su cintura, comencé a abrazarlo mientras caminaba hacia atrás apoyándome en el costado de la piscina, lo embelesé con un poco más de firmeza, hasta sentir su vientre junto al mío y mi pene parado reposando en su ingle, rozando lado a lado con su pequeño miembro, entrelazó sus brazos en mi cuello y dejó caer su cabeza en mi ...
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