1. Doña Rocío, la sirvienta. Segunda parte


    Fecha: 11/01/2021, Categorías: Sexo con Maduras Primera Vez Masturbación Autor: Sensual1972, Fuente: xHamster

    ... siento, perdona.- Muchas gracias, Rocío. Ha sido maravilloso.- Oye, pues no ha sido para tanto, es la primera vez que hago una paja a un hombre.- Y se echó a reír a carcajada, soltando toda la tensión del momento.- Hay que ver lo escandaloso que es eso cuando se corre. No sabía yo que los hombres cuando laten, hacían eso. Ayer casi ni me fijé, pero lo has puesto todo perdido.Cogió la esponja, y comenzó a limpiar las gotas que había por mi cuerpo y por mis piernas.- Mira, hasta me has salpicado la camisola.Tenía un par de gotas sobre unos de sus pechos. Se levantó de donde estaba arrodillada, desabotonó un par de botones, para limpiar, dejando a la vista parte de su sujetador, aclaró la esponja, y se la pasó por la camisa, dejándola empapada.- Anda, Rocío, que se ha empapado la camisola entre lavarme y limpiarse mi semen. Tenga cuidado, y no se vaya a enfriar. Séquelo con el secador.- Espera, Javier, que primero te visto, y luego me seco esto un poco.Me ayudó a vestirme de cintura para abajo.- Anda, Rocío, coge el secador y sécate, que ya me visto yo de cintura hacia arriba.Ella cogió el secador, y de espaldas a mí vi como hacía el movimiento de quitarse algún botón más de la camisa, y comenzó a secársela separándola del cuerpo.Acabé de vestirme, y con cuidado agarré la silla de ruedas para sentarme yo solo. Al verme por el rabillo del ojo que intentaba sentarme solo, apagó el ...
    ... secador, y se dio la vuelta.- Espera, que te ayudo. No te vayas a hacer daño.Tenía la camisa abierta un poquito, y se veía su escote, y un poco su sujetador, pero poca cosa, aunque a mí me pareció una vista maravillosa. Doña Rocío acercó la silla y me agarró para sentarme. Al bajarme hacia la silla, su camisa se abrió, mostrando esos dos pechos enormes, a medio tapar por un sujetador color carne, y apenas a unos centímetros de mi cara.Al darse cuenta doña Rocío donde miraba, su instinto fue cerrar un poco con la mano su escote.- Perdona, que no me di cuenta que llevaba la camisa sin abotonar.- ¿Perdón? Pero si ha sido una vista preciosa.- Le dije soltando una risa.- ¿Vista preciosa? No digas bobadas, si soy gorda y mayor, y encima te estás riendo.- De verdad, que no me río de usted, solo le era sincero, y no quería m*****ar con mi comentario.- No me m*****a, Javier, pero entiendo que soy una mujer casada, y ya ni a mi marido le dejo que me vea en paños menores.- Pues una pena, porque si yo fuera su marido, la trataría como a una reina. Tiene mucha suerte de tener una mujer tan bonita y buena como usted.- Anda, deja de decir bobadas, que ya hemos hecho muchas hoy.Doña Rocío se dio la vuelta para seguir secándose, pero por el reflejo del espejo, pude ver su cara de lado, y como esbozaba una sonrisa. Parece ser que mi halago le había gustado. Allí la dejé acabando de secarse.... 
«1234»