1. En agradecimiento, se ofreció al amigo. Amores peligrosos, ¡Qué gran tentación!


    Fecha: 01/01/2021, Categorías: Hetero Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... la situación de amistad y confianza. Estaba claro que esta particular circunstancia, había calado hondo en ambos, momento difícil, ella fue saliendo de ese encierro emocional, tomar un poco distancia física para poder mirarme a los ojos.
    
    La turbación era mutua, la emoción había tocado fibras y sensaciones que permanecerían dormidas, ahora solo importaba darle una palabra de aliento y respuesta a su pedido de ayuda.
    
    —Déjame ver qué se puede hacer… en la semana te llamo.
    
    —Gracias… ya ni sé cómo agradecerte haberme escuchado… pero…. – interrumpí poniendo el dedo índicesobre sus labios, silenciándolos.
    
    Gestos espontáneos, las reacciones nos dejaría con más preguntas que certezas, con más deseos que prudencia… La amistad era un condicionante, tácitamente estaba buscando una oportunidad de comprobar hasta donde esa ficción de seducirla puede convertirse en una realidad “palpable”, para decirlo de manera explícita.
    
    Todo salió mejor de lo esperado, moviendo influencias y contactos pude acertar con la punta del problema financiero del amigo, conseguir una ventajosa refinanciación de los pasivos de su empresa, y de ese modo sortear la urgencia hasta que se reactiven sus ventas.
    
    Con la noticia fresca y el deseo caliente, llame a su móvil:
    
    —¡Ana!, ¡Tengo noticias!… no sé cómo hacer… voy o vienes...
    
    —¡Voy… voy yo!
    
    —¡Ok!, bueno…, estoy llegando a mi casa… tipo… 6 pm maso. Te espero con un café recién hecho y unacopa. Hasta luego Anita… -me pintó llamarla en ...
    ... diminutivo, nunca lo hice, pero ella lo registró, “¡el ajaaa!” lo decía bien clarito.
    
    Cualquier hombre sabe y entiende que esas nimiedades adquieren otra dimensión cuando esa intencionalidad es adornada con el cotillón de la fantasía masculina del cazador. Vale decirlo que el vínculo de amistad con la pareja se borró de mi mente en ese instante transgresor, sus dos meses sin sexo, todo se ve teñido con el color del deseo…
    
    El tiempo se lentificaba, sentía algo extraño, conflicto existencial entre la amistad y la pasión de seducirla…
    
    Despojado de los zapatos, buscando sentir la libertad en los pies. Ojos cerrados, quietud y relax solo alterado por el musical sonido del llamador de la puerta, era Ana.
    
    Hasta el saludo me parecía distinto, más cordial que otras veces, pero tampoco era cosa de hacerme “la película”.
    
    —Voy por el café…Puedes descalzarte, también mientras lo preparo… - mientras busco la forma de accionar la cafetera eléctrica…
    
    —Déjame… yo sé mejor de manejar este aparato… Siéntate… yo “te” lo preparo.
    
    Volví al sillón mientras mis ojos se extasiaban contemplando sus movimientos. De regreso, sentada a mi lado, mirándonos, informé de la buena nueva. Sus manos extendidas parecían palomas buscando cobijo en las mías, que casi por instinto se posaron para la caricia agradecida…
    
    El silencio se hacía espeso, los ojos de Ana, brillaban por la emoción del agradecimiento, labios trémulos recorridos por esa lengua inquieta que los agita y remueve.
    
    La ...
«1234...7»