La tanga blanca de Anita - Relatos Eróticos

La tanga blanca de Anita

... pidió que los dejara unos minutos a solas. Me quedé sentado mirando la puerta cerrada; hasta que un ruido me despertó del letargo. Me acerqué a la puerta y los oí.Jadeos, risas… más jadeos, un par de cachetazos, gemidos, chirrido de la cama, más risas y suspiros… Era evidente que estaban cogiendo, no me quedaba ninguna duda…Apoyé mi oído sobre la puerta, intentando escuchar lo que sucedía adentro. Finalmente los ruidos fueron inconfundibles: golpes de piel sobre piel, algún crujido de la cama y al final, un grito de placer que mi sensual mujercita no pudo evitar dejar escapar de su garganta.Un rato después pude escuchar casi los mismos sonidos, pero esta vez al acabar, Ana gritó, gruñó y aulló como una posesa. Ese flaco la había dejado más que satisfecha a golpes de verga…Pasaron unos minutos y la puerta se abrió otra vez. Daniel salió ya vestido y pasó caminando frente a mí con paso apurado. Antes de llegar a la salida, algo cayó de su bolsillo. Me acerqué a recogerlo, pero él ya se había ido. Era la tanga blanca de Anita, la misma que se había quitado en el baño del primer bar que habíamos visitado.Estaba manchada con una mezcla de semen y de fluidos de mi mujercita. Entonces recordé dónde había visto a Daniel antes. Nos habíamos cruzado en ese bar y la prueba era esa tanga blanca. Mi esposa se la había entregado en el baño de ese bar.Ella no se había masturbado en el baño.Sus labios vaginales dilatados eran el resultado de un tremendo polvo que ese ex novio le había echado en ese largo rato fuera de mi vista…