1. La tanga blanca de Anita


    Fecha: 19/12/2020, Categorías: Sexo con Maduras Voyerismo Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Era el viernes de un fin de semana largo. Anita y yo habíamos alquilado una pequeña cabaña cerca de la playa y esa noche nos dispusimos a salir por unas copas.Mi sensual mujercita se vistió con una falda bastante corta y una camiseta ajustada al cuerpo, muy escotada. Estaba espectacular y se lo hice ver, mientras le pasaba una mano por el culo.Ella me sonrió con una mirada muy pícara y me dijo que esa noche quería pasarla bien….Para empezar, cenamos en un restaurante con vista al mar, todo muy romántico. Después nos dirigimos a un bar donde además se podía bailar.Nos sentamos en una mesa y pedimos un par de copas. Ana se sentó frente a mí y abrió un poco sus muslos, para provocarme exhibiendo su diminuta tanga blanca bajo la breve falda…Le pedí que se la quitara. Pero ella no me hizo caso.Un rato después se levantó para ir al baño. Tardó un largo rato y, al regresar, separó sus muslos otra vez, para mostrarme que me había obedecido. Ahora podía ver sus labios vaginales depilados y delicadamente dilatados, brillando en la penumbra. Eso significaba que, en el baño, Ana se había tocado hasta acabar y manchar su labia con sus propios fluidos.Le dije que era una perra sucia y ella largó una carcajada. Agregó que, además de sucia, estaba bastante caliente…Cuando ambos terminamos una segunda copa, ella me invitó a bailar. Pero le dije que esa noche no me sentía con ánimo como para la danza. Solo quería cogerla, así sin su tanga blanca….Así que entonces mi sensual Anita fue sola ...
    ... hacia a la pista de baile y empezó a contonearse suavemente al ritmo de la música. Algunos de sus movimientos, casi sicalípticos, llamaron la atención de todos los hombres que estaban en el lugar. Y algunas mujeres también parecieron interesarse en mi esposa…Yo continué sentado a la mesa tomando copas y mirándola de vez en cuando, hasta que de repente la perdí de vista. Por un momento la busqué con la mirada, hasta descubrir que se había subido a una tarima alta y allí bailaba ajena a todo.Al pie de esa tarima empezaron a apiñarse unos cuantos pendejos; así que, cuando me acerqué pude comprobar que desde aquella posición se podía ver perfectamente que Ana bailaba sin tanga…De hecho, varios de esos mocosos grabaron la escena con sus teléfonos. Saber que todos ellos la deseaban me excitó demasiado y me habría encantado permanecer quieto y observar a los demás.El hecho de que pudieran subir esos videos a la red me preocupó lo suficiente como para llamar a mi mujercita y, con una excusa tonta, hacer que bajara de allí para regresar a nuestra mesa…Empecé a notar en ambos los efectos negativos del alcohol, luego de una quinta copa. Charlamos un rato, nos reímos como tontos por alguna pavada y Anita quiso volver a bailar. Por suerte pude convencerla de que no subiera a la tarima; entonces se quitó los tacos altos y fue a bailar a la playa, sobre la arena. El problema era que todos esos pendejos ya sabían que mi mujercita andaba con su depilada concha al aire, bien expuesta y entonces, ...
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