1. Confesion de una..novia...con cornudo


    Fecha: 27/11/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: avioneta, Fuente: CuentoRelatos

    ... en mi novia, decía yo intentando responder como ella había hecho antes.
    
    —Pues si no ha sido pensando en mí ya puedes abrir la puerta y largarte, tu pene es mío y todo lo que sale de ella también, si prefieres pajearte pensando en otras será mejor que te vayas con ellas, decía mientras que entrecerraba de nuevo su camisa.
    
    —Vale, vale, sabes que contigo tengo más que suficiente y además que te quiero con desesperación, así que no me hagas sufrir más, ¡por favor! ¿Cuántas? Diez —le confesé.
    
    —¡Ala! Me has ganado, eres un cerdo pajerito, espero que hayas guardado fuerzas suficientes para atenderme. Y ¿en qué pensabas?
    
    —En ti, en tu culo, en tu viciosa boca, en tus tetas, en tu vaivén al hacer el amor, solo en ti amor mío, decía babeante en tono de súplica para que volviese a abrir su blusa.
    
    —Bien, más te vale —entonces reabría su camisa y me dejaba ver sus tetas mientras comenzaba a abrirse de piernas sentada sobre la mesa de su escritorio, dejando que su faldita subiese por sus muslos. Así que esta semana has perdido tú, y te conviertes en mi esclavo por esta tarde.
    
    —Vale, pero ven aquí que no puedo aguantar más sin tocarte —decía avanzando hacia ella intentando acariciar ese precioso cuerpo que se exhibía de forma impúdica delante mío.
    
    —No, no, esclavito, me perteneces, así que soy yo quien te indicará lo que puedes hacer o no. ¡Desnúdate! De inmediato y sin tocarme, esclavo.
    
    Refunfuñando me empezaba a quitar la ropa, hasta que quedaba de pie en ...
    ... calzoncillos delante de ella con la polla dura como un mástil creando la famosa tienda de campaña.
    
    —Muy bien, esclavito, hay que ver cómo estás —decía mientras abría de par en par sus piernas dejando su tanga a la vista, clavando su mirada en mi paquete. —Veo que sí que me has echado de menos, ¡pero si te haces tantas pajas llegas sin fuerzas, cielito!
    
    —¡Sin fuerzas! Dame permiso para acercarme y te demostraré las pocas fuerzas que tengo.
    
    —De eso nada, esclavito, quítate los calzoncillos que oprimen ese pene que me pertenece.
    
    Ahí estaba yo con mis 17 cm de verga como un ariete delante de mi novia que empezaba a acariciarse los pezones delante de mío. Mi cuerpo, nada fuera de lo usual ni cachas ni una polla de esas kilométricas, se tensaba como un violín al contemplarla abierta de piernas y mirándome con esos dulces ojos transformados en los de una gata en celo.
    
    —¡Pobrecito! Seguro que te mueres por tocar estas tetitas, ¿verdad? —Comentaba sonriente mientras pellizcaba su pezón derecho.
    
    —Si, por favor, ¡no aguanto más!
    
    —Paciencia amor mío, tendrás tu recompensa si eres bueno y obedeces, sabes que soy generosa, decía mientras reía mirándome. Quiero que te pajees delante de mí como haces cuando estás solito.
    
    —¡No de eso nada! Bastantes pajas me he hecho pensando en ti para seguir con lo mismo teniéndote delante.
    
    —¡Quiero verte haciéndolo! Eres mi esclavo y no voy a discutir mis órdenes, así te podré imaginar cuando yo haga lo mismo. No quiero repetirlo o lo ...