1. Confesion de una..novia...con cornudo


    Fecha: 27/11/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: avioneta, Fuente: CuentoRelatos

    Todo comenzó hace mucho tiempo, cuando con 19 años me traslade a la Universidad para estudiar en la Facultad de Matemáticas. Hasta ese momento, la vida en el pueblo había sido de lo más sencilla, tenía novia desde hacía un año, Margarita, una chica preciosa, con el pelo cortito castaño con reflejos rojizos, ojos del color de la cafés y delgadita, sus pechos no eran muy grandes, pero tenían esa forma que parece que desafían la ley de gravitación universal, con unos pezones altivos e hipersensibles que me encantaba estar acariciando durante horas, el culo era lo que más me gustaba de mi novia, respingón y generoso en su justa medida, cuando se ponía un pantalón ceñido hacía que los hombres se girasen a su paso.
    
    El estar separado de ella es lo que más me costaba. Nuestra vida sexual había sido muy activa y sincera, nos gustaba compartir nuestras fantasías y sueños más lujuriosos cuando estábamos en la cama, y recreándonos en esas oníricas situaciones pasar el día acariciándonos, masturbándonos y haciendo el amor sin prisas, con la única preocupación de alimentarnos. La madre de Margarita, Sara, había sido siempre nuestra cómplice y nos permitía estar juntos en su casa sin molestarnos.
    
    Los viernes eran una liberación, acudía a la Facultad con la maleta hecha y esperaba nervioso e impaciente que Don Antonio finalizase su explicación para salir zumbando a la estación y coger el cercanías de las 13´30 y así llegar a Moixent, mi pueblo, a eso de las tres. Comía en mi casa con ...
    ... mis padres y el café lo tomaba en la casa de Delia, la buena de su madre una viuda muy comprensiva, nos hacía de alcahueta y cómplice. Tras los saludos de rigor subíamos a su habitación y allí nos encerrábamos toda la tarde.
    
    Teníamos un juego, las pajas o dedos hechos a lo largo de la semana eran penalizaciones y el que más se había hecho debía obedecer al otro convirtiéndose en su sirviente sexual ese día. Así que nada más vernos nos interrogábamos. Os recrearé una de las situaciones que con más claridad recuerdo:
    
    —Hola mi amor, a ver cuántas veces se ha corrido mi novia esta semana pensando en su amorcito, preguntaba yo con retintín.
    
    —No necesariamente pensando en ti han sido —contestaba ella riéndose. Mientras me indicaba el número de veces que se había masturbado esa semana, en general ella lo hacía todos los días al meterse en la cama, siempre ha sido una mujer ardiente y el estar sin pareja constituía un serio problema para calmar su calentura.
    
    —Y a ver cuántas veces se ha pajeado mi chico pensando en su queridísima novia y en sus adorables tetas.
    
    Mientras me hacía la pregunta iba desabrochando su blusa y dejando al aire esas tetitas tan sensibles que sabe que me enloquecen. Yo sin poder aguantarlo ni un minuto más me tiraba sobre ella intentando besar sus pezones erectos, sin necesidad de haberlos tocado siquiera.
    
    —Quieto, quieto, no tengas tanta prisa. Primero dime cuantas veces te has pajeado pensando en tu novia esta semana.
    
    —No tiene por qué ser ...
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