1. El vendedor


    Fecha: 19/11/2020, Categorías: Anal Sexo con Maduras Primera Vez Autor: Femmefatale969, Fuente: xHamster

    ... lanzando su cuerpo hacía atrás y su pelvis hacia delante gritó, me corro, joder, me corro, cómetelo todo. Un chorretón de semen cálido llegó hasta el fondo de mi garganta, la saqué de la boca un poco estremecida, siguió eyaculando en mi cara, dos, tres veces más, mi frente, mis mejillas estaban recubiertas de un semen que ya me escurría por el cuello y amenazaba con llegar a mis tetas. Entonces me tragué todo lo que había en mi boca, el sabor no era desagradable, era dulzón y muy cálido. Animada por la nueva experiencia volví a metérmela en la boca y a rechupetear los restos, aún le quedó fuerza para una última expulsión que agradecí como si fuese un néctar de dioses. Recorrí con mi lengua su pene ya medio flácido hasta llegar a sus huevos, me los metí en la boca y seguí chupando para volver a oírle gritar de placer.Me levanté y mirándole fijamente a los ojos le dije, vuelve mañana, que probablemente decida comprarte algo.Llevaba todo el día dando vueltas por Madrid. El oficio de vendedor no es fácil, pero las tardes de agosto lo convierten en imposible. Aún así, movido por mi exiguo ardor profesional y mi enorme necesidad económica, entré en un portal más. Cogí el ascensor y subí hasta el quinto para ir bajando luego como solía hacer. Quinto, agua. Cuarto, me abrieron en el A, pero un hombre demasiado mayor para entender que es eso del ADSL no era mi cliente ideal.Llamé al C un par de veces, después de darle las gracias por su atención, y esperé porque el simpático ...
    ... abuelete me aseguró que allí sí que había gente. Una tercera vez y me estaba dando la vuelta para irme cuando oí pasos que se acercaban, La puerta se abrió y apareció una mujer de unos cuarenta años, con una especie de camisón muy corto y bastante ajustado, que marcaba una figura que dejaba entrever los signos del tiempo pero que era realmente sugerente.Hola, mi nombre es Luis, ¿a lo mejor te pillo en mal momento?, le dije. No, no me contestó con una voz que denotaba una cierta somnolencia. Empecé mi discurso sobre las ventajas maravillosas de nuestro ADSL, los servicios inmejorables de nuestra compañía, mientras mis ojos no se podían apartar de ese cuerpo maduro que parecía estarme llamando, Sus tetas, no demasiado grandes, marcaban sus pezones por encima del camisón, sus mulos sobreabundantes parecían ocultar un tesoro dulce y cálido, sus labios que se mordisqueaban entre sí parecían hablar de pasiones vencidas.Ni siquiera sé muy bien de lo que estaba hablando, cuando oí una voz que me decía ¿quieres entrar y me lo cuentas más despacio? Después de dudar un instante mis pies y mi entrepierna respondieron por mí. Cuando crucé esa puerta ya había dejado el ADSL fuera.Me hizo pasar a un típico comedor familiar con un amplio sofá, una mesa, mueble con TV, adornos variados y fotos, muchas fotos. Un hombre y varios niños se repetían en ellas. ¿No me estaría metiendo en la boca del lobo? Me senté en una silla al lado de la mesa para poder escribir, me dijo. Ella se sentó en el sofá, ...