1. El chico de las galletas (5)


    Fecha: 12/11/2020, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... detenerse.
    
    Pobre mujer, en verdad por lo que escuchaba, me parecía que no era actuación sino que esa monstruosa verga la estaba abriendo aún más. ¡Qué mujer! Definitivamente, no era buena idea contarle a mi amigo el secreto de su madre. Pues el verla gozar y sufrir por cogerse a un negro hijo de puta, le hubiera destrozado el corazón.
    
    Nada que haya visto antes se podía comparar a lo que ocurría ahora, los cuerpos se entregaban al placer de manera enfermiza y el chico aguantaba, sonriente y en éxtasis, la cabalgada que le daba su madura pero muy apetecible amante.
    
    La señora Julia se movió cortando la cogida, tan solo para darle la espalda al muchacho y sentarse, volviendo a insertarse el descomunal fierro en su conchita. No demoró en sentir toda la longitud t juventud muy dentro suyo. Solo se veían, como otras veces, los huevos negros y grandes colgando fuera de la vagina.
    
    Nuevamente, se reinició la cogida con las manos apoyadas en sus propias rodillas, moviendo las caderas arriba y abajo, el chico la atenazaba por la cintura.
    
    - Uhmmm, muy bien señora Julia, que suerte tiene su esposo, uhmmm.- dijo el mierda de forma burlona.
    
    - Ayyyy, no hay comparación mi semental, ayyy.- gimió aumentando el ritmo.
    
    El chico susurró algo que no alcance a escuchar por los gemidos y el golpe de las nalagas de la señora en los muslos de su amante. Simplemente, la madre de Fernando se echó sobre él, mientras este sujetaba las piernas blancas por debajo de las rodillas ...
    ... levantándolas. Ahora quien entraba y salía a su gusto era el negro que le ponía siempre mucho empeño a la cópula con sus perras.
    
    - Ayyyy.- clamaba la madre de mi amigo.
    
    Era casi desesperante, celocísimamente inquietante y excitante, la armonía y el despliegue sobrenatural de cachar. La diosa rubia lucía hermosa, radiante como el oro, lástima que quien disfrutaba de ella era todo lo contrario aunque sí contaba con una aventajada verga que la hizo caer, de buenas a primeras, en el lodo de la infidelidad.
    
    Los amantes siguieron dándose por completo en el coito, mientras sus ojos se encontraban, las caderas del chico aumentaban violentamente sus embestidas, haciéndole saber lo mucho que gozaba de la vagina de la señora.
    
    Con el tiempo cayendo a pedacitos, el furor empezaba a llegara su límite. Y en un mar de gemidos y gritos, el negro retiró su inmenso órgano, terminando por descargar el líquido lácteo en el estómago de la madre de mi amigo, y que se puso a restregar el glande goteando en sus dorados vellitos, haciendo una mezcolanza.
    
    - Uhmmm, que rica lechita, uhmmm, tan calientita.- dijo arrecha la señora Julia, mientras frotaba el semen por su divino cuerpo.
    
    Después de exprimir su grueso tronco, el chico se acostó acariciando su pene que empezaba a desinflamarse.
    
    - Uffff, señoras, ustedes sí que me dejan muerto del gusto.- dijo riendo y satisfecho abrazando a la señora.
    
    - Vaya, gracias, pero a nosotras también nos gusta cómo lo haces.- dijo mi madre.
    
    - Y eso ...
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