1. La mujer de Ernesto


    Fecha: 17/10/2017, Categorías: No Consentido Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos

    ... mí, tercié. –Sí, de eso se trata, de confianza. Sobra decir que nada de lo que ocurra hoy aquí debe salir de aquí. Ernesto lleva tiempo fantaseando con ello y yo lo quiero tanto que estoy dispuesta a hacerlo. Pero quiero que tengas claro que se trata de una sola vez y que nosotros pondremos los límites.
    
    Nosotros era un eufemismo de yo, lógico pues era ella la que se prestaba a un juego demandado por su marido. Asentí, confirmando que mi nivel de compromiso era el mismo que el suyo, a la vez que comprendía perfectamente que el evento empezaría y acabaría cuándo y cómo ellos decidieran. Mejor dicho, ella, aunque esto no lo dije.
    
    Aclaradas las reglas del juego, dejamos las consumiciones vacías sobre la mesita del bar y enfilamos hacia los ascensores. Según me habían aclarado, esta parte la había expuesto Ernesto, además de confiar en mí y de apreciarme, comentario aparentemente inofensivo que más tarde entendería que no lo era tanto, me habían elegido a tenor de mi experiencia, pues yo ya había participado en un juego parecido alguna vez.
    
    Era cierto, pero lo había hecho con una pareja con la que no me unía ningún tipo de relación sentimental. Se trataba de una amiga con derecho a roce con la que me estuve acostando una temporada, que un buen día me sorprendió apareciendo con su marido. Tres veces compartimos cama pero Margot, que es como se llamaba la amiga en cuestión, llevaba muchos años de mili a las espaldas. Algo que dudaba en Angie.
    
    Hasta que no entramos en ...
    ... la habitación del hotel no confirmé que el tema iba en serio. En todo momento, había tenido la sensación que se echarían atrás. Seguía sin descartarlo, pero la velada fue avanzando y nadie puso el freno.
    
    La estancia era amplia, digna de un hotel de cuatro estrellas, con cama de matrimonio y sillón al lado de la ventana abalconada, además de las tópicas mesitas, bufet-escritorio coronado con un televisor de unas 20” y el siempre jugoso pero prohibitivo mueble bar. La cámara estaba perfectamente recogida, nunca me he alojado en un hotel y he tenido la habitación en tal estado de revista. Ernesto atenuó la luz desde los mandos de la pared lateral mientras su mujer ponía música relajante en un reproductor de Apple sobre el que había fijado su Iphone 6.
    
    Al desconocer el procedimiento ideado por la pareja, preferí mantenerme pasivo mientras iniciaban el juego, así que me senté en el sillón viendo como se acercaban bailando sensualmente. En seguida Ernesto agarró a su esposa de la cintura acompañando el contoneo de sus caderas que seguían el pausado ritmo de la melodía, por lo que su mujer le correspondió tomándolo del cuello. Bailaron un buen rato, acariciándose suavemente, besándose con pasión comedida.
    
    Desde primera fila, pude ver como era Angie la que tomaba la iniciativa desabrochando los botones de la camisa de mi amigo. Hasta que no hubo vaciado el último ojal, no dejó de besarlo. Bajó las manos y también le desabrochó cinturón y pantalones. Cuando éstos cayeron al ...
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