1. El desconocido en el cine


    Fecha: 04/11/2020, Categorías: Gays Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues

    ... deliciosamente, excitado y complacido. Me hacía sentir que nada importaba ahora, sino darme placer. La verdad me hacía sentir en un estado de excitación igual o más que si estuviera con la rubia. Me había desabrochado los pantalones y bajado hasta los tobillos. El se había colocado en medio y engullía una y otra vez mi pene cómo si fuera lo mejor que hubiera tenido en su vida, subía y bajaba. Respirando agitado, gimiendo como si mamar mi reata le diera un placer que no podía contener. Se engolosino con mis huevos, se metía las bolas apretándolas de una manera que me hacía cerrar los ojos y creer que esto era el paraíso. Era algo que si bien mi hermana lo había hecho, era distinto, era perverso, era algo que no tenía comparación. Con una mano afianzada al tronco como si creyese que iba a escaparme, sentí que empezó a besarme el estomago hasta llegar a mis tetitas, luego bajo para otra vez mamar mi verga. - Regálame tu leche – dijo – Quiero que acabes y me llenes toda la boca. No le conteste. Estaba demasiado ocupado en sentir el placer que me daba, además era obvio que era cuestión de unas mamadas más y me corriera. La negra seguía en su haber, dándose dedo, frotándose el clitoris, gimiendo y moviendo sus caderas. Toda ella inspiraba deseo de follarla, de quitarle esas ganas de verga que parecía ...
    ... tener, porque se adivinaba que necesitaba una buena polla. Una grande, gruesa, algo que le llenara ese chocho de color oscuro y que parecía haberse tragado a los más vergudos de su raza. Quise imaginar que era yo quien podía satisfacerla, quise pensar que era yo quien le provocaba aquellos gemidos. Cerré los ojos y culie como si en verdad follara aquella vulva, pero no podía ignorar la mamada que me estaban dando. Ver su cabeza frente a mis ojos bajando y subiendo hizo que la negra pasara a segundo plano, que ahora fuera a el a quien le tomará de los pelos y lo culiara una y otra vez, que hiciera que incluso se atragantara y tosiera con el riesgo de que alguien pudiera vernos en plena follada oral. Me descargue en sendos chorros, seis o siete, sentí que el cuerpo me fallaba, las piernas se me aflojaron, mi respiración llego al limite. Sentí que parte de mi se iba en esa garganta, fue una acabada bestial. El tiempo pareció correr rápido, la escena de la negra masturbándose paso. Yo acomodé mis pantalones y mi desconocido “amigo” se fue tras un: gracias, que rica acabada. Espero verte otra vez. Siguieron un par de escenas más y aunque me resultó excitante y me paro la verga no podía dejar de pensar en lo rico que me había mamado aquel desconocido. Supe que regresaría a aquel lugar. Seguiré contando. 
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