1. El desconocido en el cine


    Fecha: 04/11/2020, Categorías: Gays Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues

    ... imaginando que era yo el que llenaba ese rosado chocho, que era yo el que estaba agarrado a sus caderas y se la metía hasta el fondo, el que la hacía gritar una y otra vez YES YES OH MY GAD. Me sentí correr. Supe que había llegado el momento, mi verga estaba hinchada, gruesa a todo lo que da. Podía sentir mi olor a sexo. La rubia y el padre parecían también estar llegando al orgasmo, sentí que si acaba ahora sería como echarle dentro todo mi semen. Acelere mis movimiento, apretando mi pene para así sentir el estrecho chocho que estaba a punto de llenar de leche. Como precaución gire mi vista en busca de curiosos, no fuera que me descubrieran y creyeran que era un degenerado o un enfermo sexual. Lo vi venir. Era un hombre entre las butacas en dirección hacia dónde yo estaba. Tanteaba una a una como si aún no se acostumbra a la oscuridad, dándome tiempo para que pudiera esconder mi verga y abrochar mis pantalones. Me dolían los huevos. Perdón – dijo – ¿Esta ocupado este asiento- Había chocado con mi pierna y seguía tocando como si buscara donde sentarse. - No - ¿Puedo sentarme? - Si – dije mientras maldecía mi suerte- A quien carajos se ocurre llegar cuando estaba a punto de deslecharme. - ¿Hace mucho empezó la película? - Unos 15 minutos. La rubia había acabado, sus ojos lujuriosos parecían decirme que me lo había perdido. Que por esta vez tenía que conformarme con casi haberle llenado la vagina de semen. Que debía quedarme con mi dolor de huevos y mi verga destilando ...
    ... gotitas de líquido ore seminal. - Son buenas estas películas – escuché decir al hombre que había interrumpido mi fantasía – - Ajá - ¿Viene muy seguido? - No - Yo tampoco – dijo de una forma que casi me hizo decirle que no estaba ahí para platicar. Que había ido a ver coger, aunque ahora lo que quería era una paja. Me seguían doliendo los huevos. - ¿Se excita usted? Y como si no necesitará respuesta una vez más pregunto: - Si quiere se la mamo. - No – dije - ¿Porque? ¿Nunca se la han mamado? Ante mi silencio otra vez: - Déjeme mamarsela. De seguro la tiene grande. Déjeme hacerle que se sienta en la gloria. Quizá ya había cedido. Quizá el saber que la rubia hoy no sería mía había sido factor determinante. También mi verga quería desahogarse. Lo deje tantear hasta que llegó a ella, la sobo por encima de mi pantalones. Parecía adivinar cuán grande era o quizá solo estuviera midiendo mi grado de excitación. El caso es que tomo mi verga entre sus manos y deslizándose en su butaca empezó a chupetear el glande, sorbiendo mis líquidos hasta hacerme reclinar mi cabeza y hacerme olvidar a la rubia de la película. De hecho ya había comenzado otra escena. Ahora era una negra culona quien se masturbaba dejando ver un enorme chocho hambriento de polla, pero aquel hombre chupaba tal que era capaz de evitar que pudiera concentrarme en otra cosa que no fuera en el gusto que me daba. Se la tragaba toda, los 17 cm. Tenía su boca caliente como la mejor vulva que pudiera fantasear, suspiraba ...