1. Follado en los aseos públicos de la playa de Riazor


    Fecha: 24/10/2020, Categorías: Confesiones Autor: danisampedro91, Fuente: CuentoRelatos

    ... públicos, nada más entrar y girar a la derecha, ya podía ver todo.
    
    Me coloqué en el último urinario, empecé a desabrochar el cinturón, y parte de los botones que llevaba aquel tejano Lewi’s que me había puesto ese día; me resultaba más sencillo y cómodo hacer esto para sacar la polla; con una mano bajé la parte delantera del slip, dejando salir la polla; la tenía empalmada a más no poder; me quedé mirando al frente, intentando mear, o disimular que lo hacía.
    
    Al poco de estar allí, no conseguía soltar ni una gota, el empalme que llevaba no me dejaba relajar.
    
    Miraba de reojo para el hombre que estaba a mi derecha; pensaba yo que seguramente el andaba en busca de un putito como yo; veía que no parecía estar meando nada, y no me quitaba la vista de encima. Fue en el momento que me giré hacia él, cuando sin guardarse la polla, salió del urinario, se fue hacia el hueco que quedaba justo detrás. Allí pegado a los azulejos, mostrándome la polla, me llamaba, ¡eh! Me giré hacia él, vi cómo me enseñaba la polla; ¡joder con el viejo! Menuda polla que se gastaba, la tenía morcillona, y ya se le veía que era de buen tamaño. Ven, me decía mira lo que tengo, anda anímate y ven a tocármela un poquito. Y seguía el viejo jugando con su polla y haciéndome insinuaciones.
    
    La verdad es que yo lo estaba deseando, pero no me atrevía a dar el paso; si él me agarrara y tirara por mí, iría como un corderito a mamar de aquel teto, y lo haría encantado; dejaría que me hiciera lo que ...
    ... quisiera.
    
    Justo en esos momentos en que me seguía mostrando la polla, entró otra persona en los aseos. Yo giré la cabeza hacia los urinarios simulando que estaba meando.
    
    El que acababa de entrar, vino hasta el final; venía revisando los retretes; al llegar a mi altura, saludó al que me estaba enseñando la polla y haciendo insinuaciones. ¡Hola juan!
    
    El otro no le contestó, pero me pareció ver que le hacía señas señalándome a mí.
    
    En esos momentos me empecé a poner nervioso, iba a empezar a guardar mi polla y abrocharme el pantalón, cuando el que acababa de entrar, me giró poniendo una mano en mi cadera. Miró la polla que tenía, al ver que estaba empalmado, echó la mano a ella, la acarició, me la descapulló, luego me acarició los huevos. Sin dejarme pensar, me agarró por la polla y tirando por mí, me llevó hacia el hueco aquel. Me puso junto a la pared, quedándose el enfrente de mí. Empezó a sacar su polla. Había hecho igual que yo para sacarse la polla; solo se le veía el pubis, toda la polla y huevos. La polla de aquel era algo más delgada que la del viejo; era una polla que me gustaba, era larga y delgada; miraba para ella, pero seguía nervioso. Pasé la lengua por los labios, los tenía resecos, no sabía que hacer, allí estaba frente aquel hombre, con la polla y huevos de fuera.
    
    Tranquilo me dijo, a la vez que con una mano en la cabeza me empujaba para que me agachara. Abre la boca me ordenó. Temblándome las piernas y mirando para todas partes, a causa del nerviosismo que ...
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