Follado en los aseos públicos de la playa de Riazor
Fecha: 24/10/2020,
Categorías:
Confesiones
Autor: danisampedro91, Fuente: CuentoRelatos
... estremecía al notar sus pelos púbicos y huevos pegados a mi culo.
Cuando vio que ya me tenía bien empalado por su polla, después de dar unas estocadas que me hicieron poner de puntillas. Tiró de mí, y me fue llevando hacia atrás, se giró poniendo su espalda en la pared, y en cuanto estuvo allí apoyado, empezó a mover sus caderas, haciendo entrar y salir su polla en mi culo. Al principio, iba despacio para luego ir incrementando el ritmo.
Así colocado, no podía sujetarme a nada, y el viejo con la polla de fuera, quedaba delante mía. Gracias a eso, el viejo se pudo aprovechar. Se me fue acercando, llevó mis manos a sus hombros dejando que me apoyara.
¡Te gusta eh putito! Mira que carita pones de felicidad. Anda, coge mi polla y juega con ella que luego la vas a probar.
Con una mano puesta en el hombro del viejo, la otra en la cadera, y unos nervios que me hacían temblar, empezaba a jadear y gemir de gusto, ¡oooohhhhhh, ooooooohhhhhhh, ooooooohhhh! Sin parar de gemir, de vez en cuando, giraba la cabeza y miraba hacia la puerta.
Estaba aterrado de que entrara alguien, y me cacharan en aquella situación. No había remedio, ni lugar a dudas, estaba siendo follado. Una polla entraba y salía de mi culo, y otra polla la tenía delante de mi cara.
El viejo me decía, anda putito, ahora que estás gozando por tu culito, saca la lengua y lame la cabecita de mi polla. Anda se bueno que sé que lo estás deseando.
Con todos los nervios que en aquel momento tenía, saqué la ...
... lengua y la fui pasando por aquel glande que se acercaba a mi boca. ¡Así, putito, así! ¡Ay que bien lo haces! Abre un poquito esa boquita, y chupa la cabecita, ¡anda!
En el preciso momento que metía el viejo su polla en mi boca, hacía entrada en los aseos un adolescente; creo que superara los 18 años; traía puesto un chándal y parecía que venía del instituto, o algún colegio de la zona. Al ver el espectáculo se quedó parado, a la vez que miraba lo que sus ojos no le daban crédito. Estaba viendo como entraba una polla en mi culo, y otra polla entraba en mi boca. Los ojos no los sacaba de cómo entraba y salía aquella polla en mi culo, y poco a poco se iba acercando a uno de los urinarios, pero la vista la tenía en cómo entraba y salía la polla en mi culo. En un instante la polla del adolescente se le puso como una roca; se le notaba una inmensa tienda de campaña en aquel pantalón de chándal. Tiró de la parte delantera del pantalón hacia abajo, y sacó la polla que tenía tiesa a más no poder; no me extraña que se le pusiera así con aquel espectáculo, era toda una película porno, pero además en vivo y en directo; y sin dejar de mirar, se puso a pajear allí mismo.
¡Dios que carita de vicioso y lujuria tenía el chaval!
Seguro que había ido hasta allí, buscando que le hiciera algún viejo una mamada, o lo pajeara, o tal vez fuera cómo yo, y fuera en busca de que alguna polla le abriera aquel culito de adolescente.
Ven le decía el viejo, mira cómo le gusta tragar polla a este ...