1. Juegos en altamar con la hermana de Rafa


    Fecha: 17/10/2020, Categorías: Transexuales Autor: Margaryt, Fuente: CuentoRelatos

    ... como quieras —dijo tan tierna, con los ojos apretados y una sonrisa nerviosa.
    
    Abrí mi maleta, cogí unas braguitas y cuando me las iba a poner lo pensé mejor y las dejé en la solitaria cama. Me desprendí de la toalla, comprobé que estaba bien cerrada la puerta; apagué la luz y desnuda completamente alcé la sábana acurrucándome junto a la espalda de Marisa. Nuestros muslos se tocaron, sus piernas estaban calientes y muy suaves, yo estaba muy excitada. El camarote olía a maderas nobles, y una brisa suave y fresca salía de la rendija del aire acondicionado. Antes de bajar de la cubierta a los camarotes, había escuchado caer el agua de la ducha, ahora, con mi rostro pegado a su nuca y oliendo su cabello húmedo, sabía que era ella la que se había duchado antes que yo. No lo pude resistir y la besé en la nuca; ella se giró y, de un respingo me soltó:
    
    —¡Marga!, que haces, porque me besas tonta, que me da mucha vergüenza.
    
    —Marisa, solo es un cariñito, me caes muy bien; eres tan dulce. No quería molestarte, si te ha desagradado perdóname.
    
    —Vale, no pasa nada Marga, es que no estoy acostumbrada a dormir con otra chica, no es que me haya molestado, no vayas a pensar que soy una tiquismiquis.
    
    Hablamos cara a cara, muy cerca, diez centímetros separaban mis labios de los suyos. Posé mi brazo derecho sobre su cintura mientras hablábamos y sentí como temblaba su vientre rozado por mis uñas. Quise saber más de ella.
    
    —Marisa, alguna vez has tenido sexo con otra chica, ...
    ... aunque fueran besos, anda cuéntame, no le diré nada a Rafa.
    
    —¿Y tú?
    
    —Yo sí Marisa.
    
    —¡Joder chica!, que moderna eres. Yo sólo besé a una chica en bachiller, ella era lesbiana y me dijo que quería probar mis labios y le dije que sí; pero aunque no me dio asco, la forma de morderme no me gustó y no hicimos nada más. Una curiosidad Marga, ¿es verdad que las pelirrojas no tenéis prácticamente pelos en el chocho? —dijo ella, tierna e inocente como un corderillo "en flor".
    
    —Pues mira chica, es la primera vez que me preguntan algo así. Marisa, unas tienen más y otras menos, ¿cómo crees que lo tengo yo?, anda, que no me he puesto las braguitas, alarga la mano y tócalo, "sin maldad", solo como amigas.
    
    —Qué vergüenza Marga, no me da asco, no pienses, pero no sé si podré —después sonrió con una risa nerviosa y yo le insistí:
    
    —Anda Marisa, no te quedes con las ganas de saber cómo tengo mi bollito pelirrojo, no te cortes y tócame.
    
    No dijo nada, solo sentí un estremecimiento al notar como se apoyaba su mano derecha sobre mi muslo, mientras exhalaba sobre mi cara su aliento fresco y acelerado. Desde mi muslo, y muy despacio, llevó su mano hasta mi vello púbico, introduciendo sus dedos entre los mechones del monte de venus de mi coño, que gustazo... bajó la mano y sus dedos acariciaron mi raja exenta de pelos, porque aunque mi pubis es muy poblado en el centro; abajo y a los lados prácticamente no tengo vello. Mientras seguía acariciándome y explorando mi sexo me habló casi ...
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