1. El chico de las galletas


    Fecha: 17/09/2020, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... y acariciándolo como si fuera un animal extraño y curioso. Trató de cerrar por completo su puño pero no pudo pues el grosor de la verga era demasiado.
    
    - Uhmmmm... que grande.- susurró como para sí misma.
    
    - Es toda suya.- dijo el negro dirigiendo su verga a los labios de la señora.
    
    Mientras su mano iniciaba una paja, su lengua empezó a saborear el glande morado y gigantesco del chico, que nada de chico tenía el maldito. Las maniobras de la señora Julia eran sorprendentes, de auténtica maestra en las lides sexuales. Pobre de mi amigo Fernando si supiera lo que era capaz de hacer su madre por satisfacer su curiosidad y con respecto a mi madre pues yo confiaba en que sólo se contentaría con observar y nada más, consciente de su condición de esposa y madre.
    
    La señora no dejaba rincón sin degustar y con la lengua jugando con los huevos del negro, la verga de este descansaba sobre la cara de la mujer. El muchacho, por el calor de marzo, se deshizo de su polo y ayudado de sus pies se terminó de sacar el pantalón. Al ver esto la madre de Fernando, lanzó una mirada a mi madre y acto seguido se levantó quedando de frente al muchacho, y se empezó a desnudar siendo ayudada por este.
    
    - Sabes que Olga, yo no me voy de tu casa sin cogerme a este negrito.- dijo con la voz de mujer arrecha y desbocada.
    
    No lo podía creer si no lo hubiera visto y escuchado, la señora Julia estaba suelta en plaza y nadie la podía detener. Su pantalón se encontraba en el suelo siendo retirado ...
    ... por el negro, su blusa hace rato que había caído en uno de los brazos del sofá, y tan sólo portaba su sostén y su hilo dental, vaya sorpresa con la señora. El cuerpo de mujer madura más parecía el de una joven veinteañera, delgado, salpicado de pecas en los pechos y espalda. Ahora me daba cuenta la apetecible mujer que era la madre de Fernando.
    
    Paseando alrededor del chico, la señora Julia lucía su exuberante figura, para luego liberar a sus senos del yugo del sostén, un par de maduros pero muy comibles melones saltaban al simple mover de su cuerpo. Y para completar todo, sus dedos la despojaron de su hilo dental, dejando a la vista una muy cuidada y rubia pelambrera púbica. Los silbidos por parte del muchacho no se hicieron esperar y la verdad que yo también hubiera hecho lo mismo ante la diosa que se presentaba tal cual vino al mundo.
    
    La lengua del negro buscó inmediatamente los pechos de la señora, saboreando gustosamente sus pezones rosados mientras una mano de su compañera jalaba la inmensa verga. Mi madre tan sólo miraba como espectadora de lujo de los malabares sexuales de su amiga. Luego de un rato, mi madre se movió dejando que el muchacho se echara sobre el sofá, y la señora Julia se acomodó de tal forma que se quedaron haciendo un 69 muy exótico.
    
    - Vaya señora, tiene una conchita de lujo.- dijo animado el chico. Y sobre todo que es rubia natural.
    
    Ella sonrió ante las palabras de elogio del muchacho que hundió su lengua rastrera por los rincones más ...
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