1. Atardecer en Madrid


    Fecha: 06/09/2020, Categorías: Hetero Autor: Anon1mus, Fuente: CuentoRelatos

    ... humedecer tu coño, aunque no hizo falta, la sensación que me producía al verte gozar me excitaba todavía más. Cuando ya no pude aguantarme más, te introduje mi polla al principio muy despacito, pero en poco tiempo estaba dentro y con embestidas enérgicas veía como tu espalda se moldeaba como las olas en un temporal, levantándote la blusa, desabroché tu sujetador e introduje mis manos bajo el, cogiéndote tus tetas, perfectas, tersas y con los pezones duros como mi miembro. Llego el momento y después de notar como te habías corrido, saque mi polla y me corrí en tu espalda, queriéndolo hacer dentro, pero con la duda de poder hacerlo, limpie toda mi corrida apresuradamente ya que no sabía el tiempo que podríamos llevar allí dentro, te ayude a vestirte y nuestras miradas cómplices salieron de ese baño sin decir nada y diciéndolo todo.
    
    Tu pelo un poco alborotado, seguía dejando su brisa a perfume, dulce y excitante, que, aunque acabamos de vivir un espectáculo catalogado de puramente carnal, tenía muchísimas ganas de ti, a solas y con posibilidad de movimiento. Emprendimos el camino hacia el taxi que habíamos quedado que cogerías, ya que habíamos bebido y tenías que volver casa, pero de repente nos paramos en frente el hotel donde la tarde comenzó. Sin pensarlo fuimos hacia el hall, cogimos una habitación y aprovechamos en el ascensor hasta la 8 planta en fundirnos apasionadamente en un beso eterno, donde cuatro manos parecían veinte.
    
    Entramos en la habitación sin ...
    ... percatarnos de cómo era, solo fuimos directos a la ducha y por fin pude ver tu cuerpo desnudo, con ese pelo precioso encima de tus senos y por supuesto ese culo creado para el más puro vicio. Empecé a enjabonarte de espaldas a mí, recorriendo cada centímetro de tu cuerpo sin dejar de saborear tu cuello y teniendo mucho cuidado con tu pelo para que no se mojara, poco a poco empecé a tener otra erección, está más progresiva, sé que la notabas ya que cada vez que bajaba mi mano a tu vagina, esta me incitaba a introducirte mi miembro. Nuestra excitación fue tanta que en un arrebato te cogí levantándote del suelo y de cara a mi te puse encima de mis brazos, introduciéndotela de golpe sin resistencia alguna.
    
    Cuando mis fuerzas empezaron a flaquear por mi excitación te tire en la cama, mojados y con ganas de mucho más. En un impulso por dominar, te subiste encima de mí, no podía dejar de notarla toda dentro de ti y pensar en tus preciosas tetas, tu cuerpo perfecto y tu boca, que deseándola no podía alcanzarla.
    
    Finalmente, y después de estar durante una hora gozando, te pregunte que, si querías que me corriese, tu respuesta fue inmediatamente que sí y cogiéndome la polla te la llevaste a la boca, no tardaste mucho en hacer que me corriera y en una explosión de placer quedamos rendidos.
    
    Tras acariciarte durante unos minutos observamos la hora, eran las cuatro y pico, nos vestimos entre risas y bajamos a entregar la tarjeta sabiendo lo que pensaría el recepcionista. No podré olvidar ...