1. Acampada sexual


    Fecha: 05/09/2020, Categorías: Lesbianas Autor: noeliamarrana, Fuente: CuentoRelatos

    ... cabrón.
    
    Su padre se acercó trotando, con una pelota de vóley en mano.
    
    —¡Tú, muchacho imberbe! ¿¡Dónde andabas!? ¿Qué tal si jugamos un partido de vóley de playa contra mis colegas? Me falta un hombre, y como no hay uno, pues pensé en ti, hijo.
    
    —¡Qué gracioso eres, viejo! Mira, jugar vóley contra dinosaurios tiene que ser una experiencia alucinante, pero paso.
    
    —¡Ya decía que no tenías pelotas suficientes para jugar con nosotros! ¡Noelia, caramelito!
    
    —¿Señor Miguel?
    
    —¿Quieres jugar al vóley? Mi esposa ha desaparecido junto con las señoras de mis colegas, no tengo a nadie quien me haga compañía.
    
    —¡Ja, déjala en paz! Noelia es más de tenis, no va a jugar al vóley. Normal que mamá se haya pirado a otro lado con las demás señoras, ¿quién carajo quiere mirar a unos viejos jugando vóley a pecho descubierto? No es agradable a la vista, ¿sabes?
    
    Pues lo cierto es que no sé jugar mucho al vóley pero no era plan de rechazar al papá de mi novio. Es decir, ¿habíamos viajado a un extremo de mi país para que el papá pase con sus colegas, la mamá con sus amigas, y yo a solas con mi novio? La idea el viaje era pasar tiempo con sus padres, así que le reprendí a mi chico.
    
    —¡Ya deja de tratar así a tu papá! Si no vas a jugar, yo lo haré.
    
    —¿En serio, Noelia? ¿Estás segura? ¿Con mi papá y sus colegas?
    
    —¡Eso es, mi nuerita ha salvado la tarde! Ven, caramelito, vas a ser mi compañera, jugaremos contra don Rafael y don Gabriel, unos colegas que encontré aquí.
    
    —¡Ja, ...
    ... como los tres arcángeles! ¡Claro que sí, don Miguel!
    
    —Venga, llámame “papá”, que ya eres de la familia. Además nunca tuve hija y me hace ilusión. Y tú, desgraciado imberbe, ¿ya le dijiste a esta preciosa niña que te orinabas en la cama hasta los seis años? Ni te atrevas a venir con nosotros. Ve junto a tu madre, se ha ido a ver el museo del parque con sus amigas.
    
    —¡Ni siquiera pienso acercarme, viejo! ¡Noelia, cuidado con los balonazos, bastones y pastillas! —se mofó mi chico.
    
    —¡Dios santo, ya dejen de pelear! —protesté, mientras su papá me llevaba de la cintura.
    
    En una apartada cancha de arena débilmente delineada, con una pobre y desgastada red que la partía, se encontraban los dos amigos de mi suegro, sentados en un banquillo y charlando amenamente, torsos al desnudo y con shorts solamente. Una pequeña conservadora de hielo repleta de latas de cerveza estaba a un costado. Iba en serio eso de que nadie querría ver a señores de edad jugando al vóley, todos se agrupaban en las inmediaciones para ver otros juegos, de disciplinas como hándbol, fútbol de playa y hasta vóley también, pero practicadas por enérgicos jóvenes.
    
    —¡Madre de dios!, ¿de qué parte del cielo caíste, angelita? —picó su amigo al vernos. Era Gabriel, muy alto, de complexión física bastante agradable para mi vista. De seguro en su juventud fue algún deportista. Piel morena, bien peinado y afeitado, todo un galán que me conquistó con su mirada penetrante y sonrisa cautivadora con hoyuelos.
    
    —¿Es ...
«1234...17»