1. Acampada sexual


    Fecha: 05/09/2020, Categorías: Lesbianas Autor: noeliamarrana, Fuente: CuentoRelatos

    ... ahora ya nada estaba oculta…
    
    Diez minutos después, cuando dejé de llorar a moco tendido en el banquillo de madera, siempre consolada por los tres señores que no paraban de quitarle hierro al asunto, decidí continuar con el vóley de marras. Me sequé las lágrimas y comencé a reír de los chistes que me decían para levantarme el ánimo. Eso sí, me ajusté cinco o seis veces las tiras en mi cintura, no fuera que me volviera a suceder otra debacle.
    
    —Bueno, estamos ganando, caramelito. ¡Sácala!
    
    —¡No te dejaré anotar esta vez, bomboncito! —se rio don Rafael.
    
    Volví a sacar. La lancé muy fuerte, se fue afuera. Pero los señores, los tres arcángeles maduritos, prefirieron volver a verme antes que observar el balón picando hacia la playa. Creí que me iba a desmayar, es decir, no tenía ni idea de qué estaba mostrándoles ahora, tampoco es que estuviera emocionada por saberlo. Volvieron a repetir esos rostros estupefactos mientras yo empezaba a resoplar de manera nerviosa.
    
    —Okey, estoy se pone interesante —dijo don Gabriel, acomodándose el paquete, seguro que se estaba poniendo duro por mi culpa. Me sonrió.
    
    —Caramelito, por favor no vuelvas a llorar… pero ahora la parte superior de tu bikini…
    
    Cuando supe que el lazo del cuello de mi bikini había cedido, también por el intento de afloje de mi novio, me volví a derrumbar. La razón por la que llevé un bikini negro era simplemente para disimular los pequeños piercings en mis pezones… es decir, ocultarlas de sus padres. Pero ...
    ... allí estaban, mostrándose las barritas con bolillas en todo su esplendor, chispeando por el sol mientras la parte superior de mi bikini revoloteaba por la cancha…
    
    Veinte minutos después, tras haberse acabado mis lágrimas y mocos, siempre rodeada y consolada por mis tres arcángeles, decidí volver a jugar el maldito partido de vóley. Esta vez, los tres hombres se prestaron a ayudarme para asegurar cada uno de los lazos de mi bikini. Don Gabriel llegó a bromear de que no me fiara de don Rafael, que seguro los iba a aflojar, pero por suerte eran solo chistes para subirme el ánimo.
    
    Era el turno de que los contrarios sacaran la pelota. Y el juego se puso muy raro porque todos los balones me los mandaban a mí para que pudiera esforzarme y regalarles la vista no solo de frente sino detrás, cada vez que corría, saltaba y me lanzaba a por todos los envíos. Pero era evidente que no jugaba bien al vóley, siempre terminaba fallando mis remates, tropezándome y hasta gimiendo de dolor cada vez que los balones venían muy fuerte.
    
    Por suerte no sucedió nada raro. Cuando terminó el primer set, que por cierto perdimos, nos volvimos para sentarnos en el banquillo. Ya estaba ocultándose el sol en el horizonte, tiñendo la playa de naranja, repletándolo de chispas doradas; las cervecitas empezaron a correr. Don Rafael me pasó una latita.
    
    —Oye, Noelia, en serio eres muy guapa y divertida, el hijo de Miguel es un chico muy afortunado. Por lo general las chicas de hoy van de divas, pero me ...
«1...345...17»