1. Las etapas de Andrea


    Fecha: 27/08/2020, Categorías: Hetero Autor: Muchomasquedos, Fuente: SexoSinTabues

    Historia 95% real…personalmente disfruto más de la realidad que de la ficción. No me gusta imaginar, sino describir con la máxima precisión posible. Siempre pensé que he tenido suerte con las mujeres. Hasta hoy he disfrutado de la compañía de mujeres guapas y guapísimas, creo que muy por encima de mis posibilidades económicas, de mi físico y de mi inteligencia. No es que yo sea pobre, feo y tonto, sino que la belleza interior y exterior de la mayoría de mis amantes y parejas es, lastimosamente, poco frecuente. Soy europeo, tengo 44 años y les voy a contar, en varios capítulos, la evolución de quien es hoy mi esposa. Hace unos 5 años yo estaba disfrutando del periodo más libertino de mi vida. Hacia 7 años que no tenía pareja estable y lo sabía aprovechar. Por motivos de trabajo tuve que viajar a Colombia y salí una noche a un bar. Ninguna de las mujeres de allí llamaba mi atención, excepto una morena alta que veía desde atrás. Me fijé en su espalda, culo y piernas. Todo perfecto! Tenía aspecto de atleta sexy. Estaba con unas amigas y se giró para hablar con ellas. Su cara era verdaderamente exótica, una mezcla perfecta de negra, blanca e india, con mirada penetrante y labios carnosos, muy sensuales. No tenía el pecho grande, pero lo tenía muy bien puesto. Noté que no era el único en fijarme en esa mujer, casi todos los hombres estaban embobados mirándola y algunos la sacaron a bailar. En una de mis miradas furtivas ella se giró al mismo tiempo y me descubrió. Sonrió al ...
    ... verme. Nos estábamos mirando y algo debía hacer, así que moví mi cabeza señalando la pista de baile, ella accedió y una vez en su centro nos abrazamos para iniciar los pasos de una canción melódica. Desde el primer momento noté que no había muros, escudos o corazas. Ella me abrazo por mi cuello y yo por su cintura, en pocos segundos ya estábamos fundidos. No nos habíamos visto nunca y estábamos bailando como si nuestros cuerpos se conocieran hacía tiempo. Mi mano paso de su cintura a su espalda y un dedo se dejó deslizar suavemente durante el trayecto. Ella parecía disfrutar del momento tanto como yo y mi pene empezó a ponerse duro, detalle que a esa distancia no creo que le pasara por alto. No pasó nada más, la canción terminó y volvimos a la casilla de inicio: ella con sus amigas y yo con mi cerveza. Los hombres empezaron a revolotearla de nuevo y yo no le dije nada más. Siempre he pensado que las mujeres bonitas deben estar hartas de tanta adulación. Pasados unos minutos me acerque a ella y le dije al oído que había sido un placer bailar con ella y le di un beso de despedida a lo que ella respondió con un sonoro “Ya se va?” Nos dimos nuestros nombres, números y decidimos vernos al día siguiente. Me pase toda la mañana pensando en Andrea y finalmente nos vimos por la tarde, pasamos a dejar unas cosas en mi habitación y le propuse ir a cenar. Creo que fue una cena a cuatro, nuestras mentes hablaban de trabajo, aspiraciones y experiencias y nuestros cuerpos analizaban gestos, ...
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