1. Cuatro días de otoño


    Fecha: 27/08/2020, Categorías: No Consentido Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... guantes largos, negros, medias rojas y zapatos negros con tacón de aguja. Puso en el iPhone la canción de Joe Cocker: "You can leave you hat on", y comenzó a hacerle a su padre un striptease. Movió el cuerpo cadenciosamente... Lentamente se quitó los guantes, el izquierdo... el derecho... El vestido lo dejó caer al piso aún más lentamente que los guantes... Ramón vio que su hija llevaba puesta lencería roja, sexy, muy sexy. Moviendo las caderas se quitó el sujetador. ¡Qué tetazas tenía! Grandes, redondas, firmes, con grandes areolas rosadas y pezones inmensos. Se sentó en el brazo de un sillón. Sin dejar de moverse. Levantando las piernas, se quitó los zapatos... Después abrió las presillas del ligero... Se quitó la media de la pierna izquierda... la de la derecha, y al final las bragas rojas. Ondeándolas con la mano derecha fue junto a su padre, y bailando le pasó su gran mata de vello púbico por la nariz. Ramón, al oler el coño de su hija, agarró un empalme del 14 que tuvo que tapar con el Marca. Al acabar la canción, Tamara le dijo a su padre:
    
    Hoy te toca a ti darme el besito de buenas noches.
    
    Tamara esperaba que su padre le diera un buen morreo y después quisiera follarla. Ramón le dio un beso en la mejilla, y le dijo:
    
    -Buenas noches, hija.
    
    Tamara, extrañada, le preguntó:
    
    -¿No te gustó mi striptease?
    
    -Sí, hija, sí, pero no sé porque provocas a tu padre habiendo miles de chicos que matarían por estar contigo.
    
    Tamara, recogió su ropa del piso y le ...
    ... respondió:
    
    -Mañana te lo cuento. Hasta mañana
    
    -Hasta mañana, hija.
    
    Esa noche, Tamara no besó a su padre, pero Ramón, más tarde, escuchó como su hija se corría tres veces.
    
    Cuarto día. 22.00 horas. Viernes 6 de octubre de 20017.
    
    Ramón, al llegar a casa, encontró a su hija sentada en un sillón de la sala. Vestía unos vaqueros, una blusa blanca y unas zapatillas de deporte. Ramón se sentó enfrente de ella. Puso el Marca encima de la mesita de la sala, y le dijo:
    
    -Ayer dijiste que me ibas a contar algo.
    
    -Sí. Te voy a aclarar lo de las provocaciones. Verás. Me mata que llames puta a mi madre. Sólo es una mujer que al dejar de quererte se fue con otro hombre. Te quise demostrar que los hombres son como los perros, pero me equivoqué contigo, ni siquiera te llegaste a masturbar oyendo como me masturbaba yo, lo sé porque miré todos los días las sábanas de tu cama y estaban limpias. Lo siento, padre.
    
    -No lo sientas. Hiciste bien, hija, si no lo hicieras no tendríamos esta conversación. La verdad es que soy un idiota resentido. La culpa no fue de tu madre, la culpa la tiene mi anatomía. Mi aparato sólo mide 14 centímetros.
    
    -Eso no tuvo nada que ver. A las mujeres nos llega con un dedo, pero dime una cosa. ¿En ningún momento de los que te provoqué deseaste hacer el amor conmigo? Dime la verdad, yo a ti te la dije.
    
    -Te deseé desde el momento en que vi los pelos sobresalir de tus braguitas.
    
    -¿No lo dices para no herir mi autoestima?
    
    -No hija, yo también tengo ...