1. Como te adoro mami !


    Fecha: 08/08/2020, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... quedé marcado por el fierro del mas inexplicable de los fetiches, puesto que el solo hecho de contemplárselos bastaba para llevarme a los mas altos grados de la concupiscencia.
    
    Ese día fue terrible. No pude aguantar los deseos de expiarla y gracias a que mis dos hermanas ya se habían marchado para el colegio, con el corazón latiendo acelerado me ubiqué donde pudiera abarcar con mis ojos todo ese universo de piel, en esa mujer madura, cuyo vientre mostraba unas estrías que le daban un toque hermoso, hasta donde un rombo de vellos negros ocultaba la majestuosidad de sus grandes labios vaginales, como una impronta de deseo en medio de sus piernas gruesas. Sus caderas anchas complementaban su culo redondo y ligeramente caído por la gravedad pero sus nalgas eran todo un desafío a la sensatez. La piel de su trasero era de un color marfil, estampada de lunares, y el perímetro de sus piernas llenas pero delineadas estaba sembrado de unos delicados vellos dorados que ella cada semana decoloraba para ir a su piscina. En resumen; ver con otros ojos la indescriptible belleza de mi madre marcó para siempre el destino de mi lujuria y mis deseos mas profundos, y sabiendo que estaba cometiendo el peor de los pecados posibles, no me importó partir para la adoración de su cuerpo durante tantos años, amándola como sé que nadie lo hubiera hecho en su vida y apartando de mi el sentimiento de culpa por el incesto que ya había comenzado a experimentar, me decidí a hacerla mía, así tuviera que ...
    ... recurrir a lo que fuera, con tal de convertirme en su amante, en su marido y mas que nada en el ser que estaría dispuesto a jugarme hasta mi propia vida por hacerla mi mujer, mi preciosa hembra, mi mas bello amor… esa mujer que por aberraciones del destino estaba ligada a mi faltamente por el sentimiento filial que nos debíamos.
    
    Hay situaciones en las que todo confluye para que las cosas mas descabelladas ocurran. Y creo que el destino nuestro estaba ligado a nuestra relación marital tarde o temprano. Comenté antes que compartía el cuarto con ella, y que muchas noches antes, tuve sensaciones raras pero exultantes cuando la cercanía de su piel era evidente pues dormíamos en la cama matrimonial, y que sin explicarme cómo, palpar sus piernas cerca de las mías era algo que me gustaba. De otro lado su pijama no era que la cubriera demasiado, por lo que muchas ocasiones observé sus pantis diminutos, asfixiando todo ese sacrílego monte de venus, del cual escapaban por sus bordes unos traviesos y suaves vellos negros. Sin embargo hasta ese día comprendí porque me ponía nervioso su cercanía en la cama, y en particular cuando me abrazaba antes de dormirse para darme las buenas noches. Días atrás por el calor sofocante, adormecida se libró de su sábana, y al levantarme y prender la luz para ir al baño, el espectáculo de su cuerpo de diosa impura era inaguantable para cualquier mortal. Estaba dormida boca abajo con su pijama enrollada arriba de su cintura, con la pierna derecha doblada ...
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