1. EL OSO DEL DOCTOR


    Fecha: 08/08/2020, Categorías: Gays Autor: Javier_Madrazo, Fuente: SexoSinTabues

    ... no retomó su sueño cuando su hijo creció un poco? -¡Ay Doctor! Pues que le digo. Soy muy caliente, y chamacos los dos, nos dedicamos a hacer chiquitos. Y hasta con eso, que como fuimos acertados mi mujer y yo, que cada palo era un chiquito mas. Tengo 5 hijos. Cuando escuche sentí electricidad por todo mi cuerpo. Y me di cuenta de que mi verga estaba dura. Y que mi culito empezaba a latir deseando a ese macho dentro de mí. Un cabrón guapo, osote, bien macho y lechero. Era con lo que había soñado toda mi vida. Moría de ganas de sacarle la verga y mamarla en ese momento. Pero desafortunadamente estaba enfermo y yo tenía la tarea de curarlo. Y ¿Usted doctor? ¿También es bien caliente? –Pregunto Roberto- -Pues a decir verdad, si. Yo amo el sexo, pero no soy casado. Así que no me limito, puedo tener sexo con quien sea o con lo que sea. -¿Con lo que sea? Wow, eso sí que esta interesante doctor. Explíquese. -Yo tengo sexo con quien me de placer. No me importa si es casada, soltera o casado o soltero. Cuando algo me gusta le hago la lucha. La conversación estaba tomando el camino perfecto, cuando de repente entro su esposa al consultorio, acompañada de sus cinco hijos. Recuerdo que me dio tanto coraje, pero que más podía hacer. Al final termine prescribiendo algunos medicamentos. Al abandonar el consultorio, Roberto me pidió permiso de echarse unas chelas con sus compas si ganaban, y en mi interior pensé: a ti no puedo negarte nada mi amor. Pero lo que realmente le dije fue que no ...
    ... había problema, siempre y cuando se sintiera mejor. Roberto salió del consultorio junto con su familia, y yo me quedé pensando en lo que podría haber sido. Entonces empecé a jalarme la verga hasta que explote y llené de leche todo mi escritorio. Habían pasado cinco días desde que Roberto había llegado a consulta. Yo entre ratos, aún fantaseaba con él. Estaba sentado pensando ya que mi próxima cita sería hasta dentro de dos horas, cuando de repente mi secretaria preguntó si podría atender un paciente sin cita. Le dije que si, y lo hizo pasar. Estaba acomodando un poco mi escritorio cuando escuche esa voz. -Buenos días, dijo. Esa inconfundible voz de hombre. Sin duda era él. Levante la cabeza y lo confirmé. Estaba vestido con su uniforme deportivo. Llevaba puesto sus tacos. Un jersey del Barca. Un short muy corto y holgado de color blanco. Sus piernas ejercitadas por el futbol y llenas de pelo se podía ver a la perfección. Me puse un poco nervioso porque se me paro al instante, y tenía un poco de miedo que el se diera cuenta. Entonces, hablé. -¡Roberto! Adelante, pasa, siéntate. ¿Sigues enfermo? -De hecho Doc, me siento mucho mejor gracias a ti. Me excitó mucho oír que me estaba tuteando. -Me da gusto saber que estés mejor. Entonces, en que te puedo ayudar. -Vine a traerte un regalo en agradecimiento por haberme ayudado con mi enfermedad el otro día. Estoy seguro que te gustara. -Hombre, no era necesario. Es mi deber. Además, ¿Por qué estás tan seguro que me gustará? Roberto ...
«1234...»