1. ¿A cambio de qué?


    Fecha: 01/08/2020, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... negro. Los miraba con deseo mientras se frotaba lentamente el clítoris con la punta de los dedos utilizando las dos manos en la operación. Una para abrir los labios vaginales y otra para masturbarse. —Puedes ordenarle lo que quieras- le indicó Aidín. Entonces se destrabó, se puso a cuatro patas ofreciendo su culo a Leo y le indicó a Laura que se acercara con un gesto. En cuanto llegó a su altura empezó a lamerle el clítoris. Leo no era capaz de pensar con claridad. ¿Que hacía Laura allí? ¿Cómo había llegado? Es más. ¿Qué hacía Aidín allí? ¿Cómo era posible que después de 39 años de virginidad estuviera follando con dos Diosas? La respuesta de Aidín lo asustó. Lo asustó de verdad. Más que nada porque no había preguntado nada en voz alta. Aidín respondió dándose la vuelta y sentándose de rodillas, apoyando los glúteos sobre sus talones. Un aura verde, pálida y brillante a la vez, había empezado a envolverla. —Diosa, Leo. Una Diosa. Yo. —¿De qué estás hablando?-balbuceó Leo. —Soy Aidín, diosa del sexo y la fertilidad. Y puedo satisfacer cualquier fantasía que tengas. Hacerla realidad. Puedo concederte cualquier deseo relacionado con el sexo. —¿De forma permanente? —De forma permanente, si así lo deseas. —¿Podría pedirte ser el hombre más atractivo de la tierra? ¿Poder follar con la mujer que me apetezca cuando me apetezca? ¿Hacer que las mujeres se enamoren y dejen de estar enamoradas de mi cuando me apetezca? —Todo eso es fácil. Pero Leo era un tipo listo. Puede que no tuviera ...
    ... carisma, o que no fuera muy agraciado. Puede que tuviera una timidez patológica cuando de mujeres se tratara. Pero no era idiota. —¿A cambio de qué? Aidín sonrió. —Ahora es la astucia tú habitante. Entonces notó como Laura, su secreta fantasía, empezaba a lamerle las paredes del pene, desde la base hasta el glande. De vez en cuando dejaba que todo el perímetro labial lo recorriera de igual forma, pero no terminaba de metérsela en la boca. Leo echó la cabeza hacia atrás para gemir más libremente. —Me es. tás- tembló-en. gatusa. nndo. —Otra vez aciertas- Dijo Aidín mientras se agachaba al encuentro, también, de su polla. Al momento las dos mujeres le estaban haciendo una felación. La mente de Leo entró en una especie de caída en barrena. ¿A cambio de qué? ¿A cambio de qué? ¿A cambio de qué? ¿A cambio de qué? ¿A cambio de qué? ¿A cambio de qué? ¿A cambio de qué? Eso era lo único que pensaba. En ese momento Laura se metió en la boca la polla de Leo y empezó a subir y bajar con una endiablada habilidad ,pero Aidín volvió a ponerse a la altura del rostro de Leo, chasqueó los dedos y al instante Laura interrumpió la mamada. A cambio, le cogió los huevos suave pero firmemente, como si no quisiera dejar escapar su precioso contenido. Los mecía, acariciándolos. ¿A cambio de qué? ¿A cambio de qué? Leo notó como se introducía en Aidín de nuevo, sin que su voluntad tuviera algo que ver, y notó como el volcán despertaba de nuevo, casi enfadado, más suplicante, más inevitable que nunca. Era ...