1. Alicia 16/25


    Fecha: 27/07/2020, Categorías: Hetero Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues

    Alicia 16 Mientras nos dirigíamos en silenciosa caravana hacia la cama grande, yo no hallaba forma para acomodarme la delatora montaña del pantaloncito. Cuando nos acomodábamos, la mirada de mi angelito estaba fija en ese sitio y parecía temer que el animalote hablase de más. Quedé en un extremo con las chicas al medio de la cama y tenía a Mary rozándome la piel pero no podía toquetearla. Mi señora desde el otro extremo hablaba con su hija en tono conciliador, de madre consejera, le decía que era normal que a un nena grandecita ya le llamasen la atención esos bultos, que no era la culpa de papá ya que la naturaleza solita lo hacía excitar al ver a su esposa. Estas palabras ya hacían efecto en Mary, que muy absorta en la conversación madre-hija meneaba su trasero para recordar la dureza mencionada. Mi señora le explicaba que en pocos años aparecerían las señales de que se estaba convirtiendo en una señorita, que esa partecita entre sus piernas traería sorpresas. Para graficar sus dichos pasaba lentamente la mano por la bombachita de su hija, apretaba el dedo en aquel tajito para disipar las dudas. Yo tenía la mano en la cintura de María y quería replicar las explicaciones, mis dedos tenían urgencia para meterse en su puchita pero me debía hacer el tonto espectador, lo máximo permitido era liberar el falo de su encierro y pasearlo por esa cola enfundada en bombachita. Entre esas explicaciones agregaba: una nena que había sufrido abusos desde chiquita luego tenía necesidades de ...
    ... sentir un hombre, que aquí teníamos uno y podríamos demostrar la teoría. Un temblorcito en el estómago me indicaba que podrían venir lecciones interesantes. Con sólo una mirada que nos dirigió ya sabíamos que estaba otorgando el permiso para que procedamos, mis manos se dispararon a las piernitas de Mary y mi nena observaba azorada sin entender si podría manejar la situación. Le susurró a la madre que se debería sentir agradable ser acariciada así, recibiendo en respuesta también susurrada que era delicioso, que entre mujeres también se podía hacer, mientras su mano se metía debajo de la bombachita de mi cielito. Me encelaba pensando que solamente mis manos tenían el derecho de entrar allí, para eso era el padre, pero después de todo la madre también tendría sus derechos. Como mi angelito parecía bien atendida me dediqué a levantar un poco el camisón que ocultaba el show a ofrecer, esa bombachita también tapaba la visión y la bajé despacito. Quería mantener los movimientos lentos para no asustar a mi hija que estaría aprendiendo. Siempre desde atrás, le masajeaba las tetitas diciendo que esas carnecitas se pondrían grandes para amamantar a un futuro hijo, un hijo que se fabricaba metiendo un falo erecto en esa ranurita que ya acariciaban mis dedos. A mi nena ya le estaba gustando el jueguito y lo confirmó al meter su mano en el centro del pantie más grande, debía retribuir todas esas sensaciones que le estaba obsequiando su mamita. De reojo pude observar que ya no estaba la ...
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