1. Consulta ginecológica con mi hijastra


    Fecha: 26/07/2020, Categorías: Hetero Autor: Ulpidio_Vega, Fuente: CuentoRelatos

    ... fortuito en el baño.
    
    Me puse algo nervioso y me quedé mudo. Supongo que ella sabía que había logrado ponerme incómodo.
    
    “¿Me saco toda la ropa? Me preguntó y asentí con la cabeza. Se paró al lado de mi sillón ginecológico y cuando se subió el solero note que tampoco llevaba ropa interior. Tenía la concha rosada, casi perfecta, depilada y se cuándo se agacho para acomodar las cosas en la silla vi ese perfecto culo, con el agujero diminuto, rosado, una flor con una tonalidad un poco más arriba que la de su piel. Era blanca, pero con buen color y una piel suave. Se notaba que tenía relaciones por el culo también por la forma que adquieren los cachetes cuando las pacientes practican el sexo anal con cotidianeidad.
    
    Le dije que tenía que hacerle muchas preguntas para poder generar la historia clínica. Le pregunté como profesional y como curioso. Me contó que se quedó embarazada porque le tuvo problemas con un preservativo y que embalada con el proyecto de familia decidió tenerlo. Confirmó que tenía relaciones normalmente por vagina y ano, que no tenía ningún problema en particular y que quería que la revisaran porque había tenido una situación traumática. Le pregunté si quería contarme que le había pasado y me dijo que por el momento prefería reservárselo. “La pasé muy mal Raúl, pensé que me mataban”, me confesó.
    
    Le dije que tenía que hacerle un tacto en las tetas para ver en qué condiciones estaban y evitar cualquier sorpresa. Me paré atrás de ella y empecé a manosear ...
    ... sus senos con criterio profesional, para detectar la presencia de quistes o algo que ameritara algún estudio complementario. Tenía unas tetas grandes pero perfectas, con unos pezones que se ponían duros ante el primer contacto. Tenía ganas de chupárselas todas, pasarle la lengua por los pezones y mordérselos, pero no me animé. Me pareció advertir que se mordía los labios en un momento en el que le revisaba los pezones y hasta se le escapó un leve suspiro. Yo tenía la pija paradísima, pero me mantuve lo más frío posible. Esa pendeja me estaba volando la cabeza.
    
    Me comentó que también evaluaba la posibilidad de colocarse un Diu o de tomar pastillas anticonceptivas para evitar otra “sorpresa” pero que las pastillas les daban miedo y el Diu no era del todo seguro. La invité a sentarse en la silla de revisión, una especie de asiento adaptado en la que las piernas quedan abiertas a un lado y otro y nosotros podamos revisar bien a fondo las vaginas. Cuando me acerque noté que estaba toda mojada, chorreando un flujo espeso y tibio que le bajaba por la entrepierna. Eso me calentó un poco más. Le dije que le iba a tener que introducir un aparto para poder ver bien y me puse la lupa y la linterna con vincha que uso casi desde el día en que me recibí.
    
    Me puse los guantes y le dije que iba a tener que introducir algunos dedos en su vagina y tal vez en su ano para ver si estaba todo en orden. Cuando la toqué se retorció en la silla y las tetas parecían más grandes todavía, y se le ...
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