1. Encuentros sexuales capítulo 2


    Fecha: 24/07/2020, Categorías: Intercambios Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    ... frente, por lo que ella no despegó su carita de él. Yo me acosté al lado de Carlos, y este se sacó el pene, que seguía parado. —No —le susurré, señalándole a la niña. —No lo ve. —Mmm… loco —dije y me acomodé para mamar. Era una sensación rara. Cuando Lucy tenía nueve años, nos atrapó a mí y a mi esposo teniendo sexo. Le dijimos que era hacer el amor y que lo hacíamos casi siempre. Era una forma de amarnos, y ella lo había aceptado. Incluso se había quedado mirándonos unos minutos, hasta que tuve que sacarla del cuarto. Mamé y mamé del pene de mi marido, sin despegar los ojos de mi hija por si se volteaba. Era morboso y excitante tener la boca llena. Masturbé ese falo de carne hasta que ya no pude más, pues me había dejado llevar por la lujuria del momento. Dejé de ver a mi hija y me concentré en chupar el miembro de mi esposo. Sabia tan rico y era tan grande y caliente que… —¿Mamá? —dijo Lucy, riendo con las mejillas enarboladas—. ¿Qué haces? —Le… chupo el pene a papá —lentamente y avergonzada, me alejé y ella miró la verga de su papá en todo su esplendor. —Deja que la toque —dijo mi marido. —¿Estás loco? —Tiene curiosidad —replicó él. Miré a ambos. Lucy no apartaba la vista de ese pene, y mi marido sonreía. —Bueno… está bien. Lucy, acércate, cariño. —¿Qué es? —Mira. Vas a… hacer algo que harás algún día de mayor. Este es un pene —se lo presenté, moviéndolo. Ella se rio encantadoramente y se puso a gatas sobre la cama—. Con esto, papá puede embarazar a una mujer. —¿Sí? —Sí. ...
    ... Los de acá son los testículos. Anda, tócalos. Lentamente, guie la mano de mi hija y le hice tocar los huevos de papá. Ella me miró, como pidiendo permiso de seguir, y yo le dije que estaba bien explorar. Me alejé un poco, encogiendo las piernas y mirando cómo ella inspeccionaba su primera verga. —Muévela —le dije a mi esposo, y él lo hizo. Lucy dio un brinco de susto y se volvió a reír. Tocó la punta del glande con un dedo y jugó con ella. —¿Puedo… chuparla? —me preguntó. —Ajá. Despacio, Lucy tanteó con curiosidad infantil el glande de su papá. Aspiró su aroma. Yo veía la escena con ternura y excitación. Luego, la punta de su lengua se posó en el pene. Abrió la boca, como comprobando si le gustaba o no. Acto seguido, se lo introdujo hasta el límite que su garganta pudo soportar. Fue una mamada de novata. Yo sonreí, apenada. No sabía qué me estaba pasando en ese momento ni porqué aceptaba que esas cosas sucedieran. Allí tenía a mi pequeña de diez años, realizando una felación. Un viejo arte meramente femenino. En realidad no podía afirmar si a ella le estaba gustando. Sus ojos seguían abiertos y el pene sobresalía de la parte interna de sus mejillas. Se acomodó, recostándose. Eso significaba que se había adaptado y necesitaba serenarse. Mi esposo empezó a acariciarle la cabecita castaña y Lucy le miró con algo que rayaba al más puro amor hacia un padre. Me enternecí y también me uní a las caricias. Le sobé la espalda para calmarla. Había un total silencio en lo que sucedía. Una ...