1. Encuentros sexuales capítulo 2


    Fecha: 24/07/2020, Categorías: Intercambios Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    ... culpa. Alba: No es que me moleste ser madre. Lo amo. Es mi trabajo. Adoro a mis hijos como loca; pero de vez en cuando no estaría mal que ellos pusieran de su parte para que la casa funcionara perfectamente. Hacer la cena, por ejemplo, sería de gran ayuda. Pasé por el baño y escuché las risitas de mis hijas. Sonreí. Ambas eran mis amores y verlas juntas me llenaba de ternura maternal. Mi hijo, Eric, era más callado que todos los demás. Así pues, me resultaba un poco complicado comunicarme con él. Se la pasaba encerrado en su cuarto y no hablaba con nadie. Dejé que las nenas siguieran bañándose y jugando a descubrir sus cuerpos. Fui a ver a Eric. Por mero instinto entré sin llamar. Entonces lo vi. Fui testigo de algo que a cualquier madre dejaría en shock: Eric tenía la polla fuera, erecta por supuesto, y frente a la pantalla del ordenador. —¡Mamá! —gimió y se quedó quieto, con la mano todavía alrededor del glande rojo. —Yo… ah… Y eyaculó. Una abundante cantidad de semen salpicó la pantalla de la computadora y el teclado. Inclusive bajó por su mano y goteó el suelo. —¡Lo siento! —grité y salí rápidamente de ese sitio. Yo no era tonta. Sabía que mis hijos se masturbaban. A Patty le había comprado un consolador, y cuando bañaba a Lucy, le solía tocar un poco el clítoris porque le causaba cosquillas traviesas. No estaba mal que disfrutan su sexualidad. Eran humanos al fin y al cabo. Estaba acostumbrada a las vaginas de mis hijas. Eran sus tesoritos más preciados. El pene de ...
    ... Eric, por otra cosa, era algo que no se veía todos los días. Después de cenar, nos fuimos a dormir. Mi marido, Carlos, ya estaba desnudo y en la cama. Jugaba con su pene, inspeccionándolo y sobándose los huevos. Era un hombre dotado y atractivo. Yo le quería mucho y me había enamorado de su perversión y ternura. Se acoplaba perfectamente a mí. —Vi a Eric masturbándose —me acosté a su lado y ocupé mi puesto para mamarle la polla. Él se relajó mientras mi lengua recorría su falo con naturalidad y bañaba sus huevos con saliva. —Es normal en los chicos de su edad. Oh… qué bien lo haces, mujer. —¿Me monto? —Hazlo. Sonriendo, tomé su pene y dejé que se metiera dentro de mí. Fue una sensación mágica y morbosa. Me apoyé en su pecho para mantener el equilibrio. Mis sentones le hacían gemir y me tomaba de las caderas para marcar la velocidad con la que quería que me penetrara. En ese momento la puerta del cuarto sonó. Era mi pequeña Lucy, y quería entrar. No tardé mucho en desprenderme de mi marido. Me puse una bata transparente y abrí. Él se tapó el pene con una almohada. —¿Qué pasa, amor? —Nada… ¿qué hacen? —Amm… hacíamos el amor —ella ya sabía que eso significaba caricias que sólo papi y mami se pueden hacer estando a solas. —¿Puedo ver tele aquí? Vestía coqueta, con sus shorts diminutos y una camisa sin mangas. Miré a mi esposo y él dijo que estaba bien. —Claro, pasa. Lucy se acostó en la orilla de la cama. Ya que esta era matrimonial, le quedaba un buen espacio. El televisor estaba en ...