1. En un centro comercial


    Fecha: 22/07/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: bimont, Fuente: CuentoRelatos

    ... por la rajita —por encima de la tela del tanga, por cierto era el suyo.
    
    —Ya lo veo, ya.
    
    —¿Eres virgen?
    
    —Bueno, depende... con una amiga jugando con consoladores.
    
    —¿Te lo han metido alguna vez en el culo?
    
    —No... solo yo a veces los dedos.
    
    —¿Te gustaría?, si yo...
    
    —Sí.
    
    —Métete un dedo en el culo y otro en el coño. ¿Lo harás, se te lo pido?
    
    —Sí, lo haré.
    
    —A qué esperas, ya tardas demasiado.
    
    Abrió las piernas y se encorvó un poco para facilitarse la penetración. Pude ver en su mirada señales de su rendición incondicional. El chasquido de la palma de mi mano sobre su culo, sacudió su cuerpo, haciéndole gritar.
    
    "¡Ay!"
    
    —¿Te preocupa algo? Pregunte, mientras sus dedos seguían jugando entre sus muslos.
    
    —No que va, nada.
    
    Observe su figura desnuda, de pie, reclinada mientras se manipulaba, su postura me ofrecía una vista privilegiada de su culo y su vulva ligeramente abierta entre sus muslos. El morbo crecía por momentos. Lucia presionándose, su mirada perdida tras los mechones de su pelo negro cubriéndole la cara. Mientras yo me había desnudado. La lascivia de la imagen hizo que mi coño se apretara.
    
    —Te gustan estos juegos, también. Será mejor que no te corras hasta que te diga que puedes. ¿Está claro?
    
    —Oh, mierda... me gusta. Está bien, haré lo que quieras, enséñame a disfrutar y a darte gusto, me gustas, aunque luego no te vuelva a ver. Golpeé de nuevo sus nalgas, esta vez con más fuerza.
    
    —Hija de puta… —sus ojos estaban más ...
    ... abiertos que nunca. Se abalanzó hacia mí y me dio un beso de película. Después se apartó, recolocándose su pelo suelto.
    
    —Te ha dolido.
    
    —Vale, un poco... pero soy tuya.
    
    —Muy bien, sé que esto te gusta. Muéstrame lo mojada que estás. Abre las piernas —Lucia lentamente las abrió.
    
    —Tienes un coño muy bonito, debo admitirlo. Parece que necesita caricias —mientras pasaba la palma de la mano, por encima, y cuando menos se lo esperaba, se lo golpeé rítmicamente
    
    —No, por favor.
    
    —Ahora te frotaras un poco el coño para mí. Luego podrás lamer el mío.
    
    —Sí... Nora —Hizo lo que le indique, frotaba su clítoris con fruición. Y entonces, hice que parase.
    
    —Buena niña. Ven aquí. Es hora de darle un buen uso a tu boca —Me había sentado en la cama y la hice subir también. Encogí las piernas, arqueé la espalda, jugué con mis pechos y me froté el coño. Todo para ella. No pudo resistir, se inclinó hacia delante y se colocó entre mis muslos. Mire sus ojos, quien ahora estaba desesperada por complacerme era Lucia.
    
    —Sabía que te gustaría, mi putita, estás jodidamente mojada —Sus palabras ásperas y sucias me hicieron jadear y gemir, tensando mis piernas. Continuó frotando su pulgar en círculos, presionando en la abertura de mi culo, mientras deslizaba su lengua dentro y fuera en un ritmo frenético. Su pulgar empujó alojándose. Presión, placer... mi coño se contrajo a su alrededor mientras jugaba con mi culo, mi clítoris palpitaba, mi respiración se aceleraba cada vez más mientras mi ...