1. Anita de tus deseos (capitulo 2)


    Fecha: 21/07/2020, Categorías: Sexo Interracial Autor: cleversex, Fuente: CuentoRelatos

    ... iba a ser, al contrario.
    
    —Es que es demasiado dulce.
    
    —Bueno vale: nada de anís.
    
    —Pero vino si, porfa.
    
    —De acuerdo. ¿Vas a ser buena y hacer todo lo que te diga?
    
    —¡Jo papá! No seas pesado: ya te dije ayer que sí, —mi padre se echó a reír mientras pasaba la mano por mi trasero y se ponía a juguetear con el plug—. Además, he firmado este papel.
    
    —¿Lo has leído? —afirmé con la cabeza—. Y ¿qué te parece? —me encogí de hombros—. ¿No tienes ninguna duda?
    
    —¿Esto lo firmó mamá?
    
    —Sí, y el suyo era mucho más estricto.
    
    —¿Por qué era más estricto?
    
    —Porque cuándo la conocí era un poco una cabra loca. ¿Sabías que tu mamá pesaba 70 kilos? —negué con la cabeza sorprendida—. Pues sí, los pesaba. Tenía 20 años e incluso se drogaba.
    
    —¿Sí? Pero si ni siquiera bebía alcohol.
    
    —Ya lo sé.
    
    —¿Y tú cuantos años tenías?
    
    —14 más, ya lo sabes: tenía 34.
    
    —Papá, tengo hambre, —dije después de una pausa.
    
    —Cenaremos a las ocho.
    
    —¡Jo!
    
    —Ven bájate, —dijo y me puso de rodillas entre sus piernas. Después se sacó la polla y me la ofreció. Sin pensarlo ni un instante me la metí en la boca y comencé a chupar. Al cabo del rato, me incorporó y tumbó bocabajo sobre sus rodillas. Comenzó a masajearme la vagina y cuándo vio que empezaba a gemir, con la otra mano empezó a sacar y meter el plug de mi ano. A los pocos minutos alcance un orgasmo tan fuerte que me dejó sin fuerzas mientras y casi sin habla. Me bajó de las rodillas y me introdujo la polla en la boca. Al cabo ...
    ... de unos minutos se corrió y me lo tragué todo sin desperdiciar una sola gota. Después, me atrajo hacia él y comenzó a besarme. Su lengua recorría todos los rincones de mi boca mientras yo, presa del deseo, intentaba atraparla. Mientras me besaba, me mantenía contra su pecho en una posición incómoda y con la otra mano metía y sacaba otra vez el plug. Mi respiración se fue haciendo más intensa hasta que al poco tiempo me llegó otro y esta vez berreé cómo una puta zorra.
    
    Con suavidad me dejó caer al suelo y allí me quedé inerte. Era muy feliz. Desde el suelo miraba a mi padre que a su vez me miraba complacido y triunfante. A sus pies, totalmente entregada tenía a su más preciada posesión. Movió un pie acercándolo a mi boca y sin pensarlo comencé a chuparlo. Sentí placer. Ni mucho menos cómo las otras veces, pero lo sentí.
    
    —Ven, vamos a bañarte, —dijo cogiéndome de la mano y levantándose del sillón. Sumisa le seguí escaleras arriba y nos encaminamos al baño. Me sacó el plug del culo, y me ordenó que me sentara en la taza del váter y cagara. Sentí mucha vergüenza, pero le obedecí mientras lavaba el plug en el lavabo.
    
    Salió un momento y al poco regresó con algo que yo no había visto nunca: un tubo de aspecto metálico y con muchos agujeros en una punta. Vi cómo desmontaba la ducha de teléfono y lo enroscaba en su lugar. Me indico que me limpiara, me hizo arrodillarme y me introdujo la polla en la boca.
    
    —Vamos a jugar a un juego nuevo, —dijo mientras bombeaba en mi boca—. ...
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